Opinión

La “gente de mal” también vota

Es reconfortante comprobar que prosperan las iniciativas para desdramatizar la vida política. En los debates en el Senado de Pedro Sánchez contra Núñez Feijóo, se agradece que España tenga prohibido el uso de armas de fuego en recintos públicos. Llegarán a convencernos de que realmente se odian. La última andanada del presidente del PP lleva por título “Dejen de molestar a la gente de bien”. No conviene tomarse a la ligera los deslices del aspirante, ni rebajarlos de gradación porque juega con la ventaja de ser buena gente.

En todo caso, cabría recordar a los populares que la “gente de mal” también vota, y que su natural vicioso le llevaría a apoyar al partido equivocado, que en su caso es el PP. Abreviando, ¿son “gente de bien” Bárcenas, Matas o Rato? Si eran suscritos únicamente por votantes decentes, alguien debería pedirles perdón y devolverles el dinero. Nadie puede descartar la subsistencia en el partido de especímenes como los corruptos citados, por lo que la superioridad moral del aspirante a La Moncloa suena al cesarista Macron proclamando que “quiero joder a los antivacunas”. Al precio a que se ha puesto la victoria en las generales, Feijóo no puede despreciar ni el voto de Tamames.

La irritación de la “gente de bien” ha pasado por alto la frase inmediatamente posterior de Feijóo, “deje ya de meterse en la vida de los demás”. Es bueno saber que con el PP no habrá confinamientos, pero a “meterse en la vida de los demás” se le llamaba antes gobernar a secas. Y aquí reside el meollo de la frustración de los populares, atónitos porque Sánchez no se rinde a pesar de las encuestas. El jefe de la oposición se ve incapaz de sostener el ritmo que le imprime el presidente del Gobierno, no puede aguardar a que lleguen las elecciones para liberarse del aguijón infatigable. De ahí que haya igualado desde el buenismo la jaculatoria aznarista contra un gabinete progresista, “Joder, qué tropa”. En la simplificación de Feijóo, “dejen de molestar a la gente de bien” se resume en “dejen de molestar”.

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