Opinión | 360 grados

Hablar de paz es anatema en el país del “free speech”

Hablar de paz en el país del free speech, de la sacrosanta libertad de expresión, como ha sido tradicionalmente el Reino Unido se ha convertido con la guerra de Ucrania casi en anatema.

Todos admirábamos de jóvenes el llamado speaker’s corner, el rincón de los oradores, ese lugarcito del famoso Hyde Park londinense que frecuentaron Lenin, Marx o George Orwell, entre muchos famosos, y donde se permitía hablar de cualquier tema siempre, eso sí, que no violase la ley.

Pues bien, la libertad de palabra está cada vez más en entredicho en ese país como demuestra el hecho reciente de que un grupo de intelectuales ex parlamentarios y sindicalistas tuvieron que organizar un acto contra la guerra de Ucrania nada menos que en el centro cultural de Venezuela en Londres.

Según explicaron los organizadores, hubieron de recurrir a la representación de ese país latinoamericano después de fueran víctimas de una “campaña de intimidación” y se les prohibiera hablar en otros locales que habían buscado.

Entre los asistentes había un ex diplomático, un sociólogo y profesor universitario y varios ex diputados expulsados del partido laborista que ahora capitanea el representante de su ala más a la derecha, Keir Starmer, totalmente alineado con su Gobierno y EEUU en el tema ucraniano.

También asistió el norteamericano Nick Brana, que lidera el movimiento a favor de la fundación de un partido progresista en su país, donde se alternan en el poder dos formaciones, la demócrata y la republicana, perfectamente intercambiables en muchos temas, entre ellos la defensa de la hegemonía global en EEUU.

Brana, uno de los organizadores de la manifestación a favor de la paz en Ucrania que reunió recientemente en Washington a centenares de personas, criticó que se gastase el dinero público en armas en lugar de luchar contra la creciente pobreza en el país.

El ex diputado laborista británico Chris Williamson citó, por su parte, el libro que publicó en 1935 el ex general del cuerpo de marines Smedley Butler bajo el título de La guerra es un latrocinio en el que denunció el uso de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en beneficio exclusivo de Wall Street.

Williamson denunció también que bajo el liderazgo de Starmer, el político que expulsó al líder izquierdista Jermy Corbyn del Partido Laborista, éste se ha convertido en uno de los grandes cheer leaders (animadores) de la Alianza Atlántica.

Otro de los intervinientes fue Craig Murray, ex embajador británico en Uzbekistán, quien recordó que los servicios secretos de EEUU habían exagerado deliberadamente el potencial militar soviético para justificar el rearme de su país.

Murray fue el primer diplomático occidental en denunciar el “carácter fascista” del régimen uzbeco de Islam Karimov, pero al mismo tiempo el recurso por el Gobierno de Londres a torturadores de ese país asiático para interrogar a los prisioneros a los que EEUU y el Reino Unido sospechaban de terrorismo.

El sociólogo y profesor David Miller, a quien la Universidad de Bristol expulsó de su cátedra por sus críticas a Israel, afirmó que nunca había habido como ahora tanta censura en Gran Bretaña.

Aunque recordó que el gran filósofo y matemático británico Bertrand Russell fue encarcelado dos veces —en 1918 y en 1961— por defender sus ideas pacifistas, como también le sucedió al varias veces frustrado candidato frustrado a la Casa Blanca por el Partido Socialista Americano, Eugen V. Debs. Como escribió en su día Bertolt Brecht, son éstos “malos tiempos para la lírica”.

Suscríbete para seguir leyendo