Opinión | El trasluz

Descarbonización

Las alcantarillas poseen el atractivo de lo subterráneo. Gracias a la pasión por lo que se encuentra debajo de la realidad visible descubrió Freud el inconsciente. Si fuéramos capaces de analizar el inconsciente colectivo con la precisión con la que se analizan las aguas residuales, nos llevaríamos sorpresas increíbles al contemplar la cantidad y la calidad de las pulsiones latentes en nuestras sociedades y que no aparecen en las encuestas sobre intención de voto, ni siquiera en las demoscopias sobre hábitos de consumo. Hay asimismo una red de alcantarillas políticas en las que, según la histórica frase de Felipe González, se defiende la democracia. Parece que, durante la época de Jorge Fernández Díaz como ministro de Interior, esa red funcionó a tope para interceptar ilegalmente las conversaciones de sus adversarios políticos.

Las aguas residuales huelen mal y son nocivas para la salud, de ahí su soterramiento, de ahí por tanto la invención de las cloacas físicas, pero también de las cloacas mentales. Se acaba de llevar a cabo un estudio sobre las aguas residuales europeas y resulta que consumimos drogas por un tubo. Se han hallado restos de cocaína, ketamina, anfetaminas, metanfetaminas, MDMA y cannabis. El estudio no dice nada del alcohol, quizá porque no se considera droga o porque se esconde, vaya usted a saber. Pero bueno, con lo señalado ya podemos hacernos una idea de nuestro estado de ánimo, sobre todo si a esos consumos añadimos el de las drogas legales de la industria farmacéutica: ansiolíticos, hipnóticos, inductores del sueño, etc. El consumo de cannabis, según el estudio, se mantiene estable y circula, sobre todo entre la población joven, con la naturalidad del colacao, por poner un ejemplo.

Hablo de todo esto con mi psicoanalista por no hablar, supongo, de mis propios desagües. Tengo en la conciencia un sumidero por el que se cuelan cada día varios litros de un líquido viscoso, parecido al que desaparece por el agujero del lavabo después del afeitado. Debajo de la realidad visible hay diamantes, desde luego, pero abunda el carbón, que ensucia lo suyo. También yo estoy en proceso de descarbonizarme.

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