Opinión

Jugar con las palabras

En Los lenguajes de la verdad, el escritor nacido en Bombay en 1947 Salman Rushdie, en uno de sus capítulos, Gabo y yo, nos relata cómo fue su primera apreciación al descubrir al autor de Cien años de Soledad. Ha pasado mucho tiempo desde aquel 1982, cuando a Gabriel García Márquez le dieron el merecido Premio Nobel de Literatura y en el año 1985 publicó El amor en los tiempos del cólera.

Los estudios o biografías en torno al boom ocasionados por una sociedad y estos escritores han sido numerosos.

Mario Vargas Llosa escribía con el título García Márquez: Historia de un deicidio.

Eran otros tiempos que ha sabido explicar muy bien el periodista Xavi Ayén en Aquellos años del Boom. García Márquez, Vargas Llosa y el grupo de amigos que lo cambiaron todo, dejándose de florituras y dando a conocer cómo eran esos ambientes literarios. Hasta dos investigadores Ángel Esteban y Ana Gallego publicaban De Gabo a Mario y con Stéphanie Panichelli el propio Esteban descubría en Gabo y Fidel. El paisaje de una amistad.

Nadie sabe ciertamente lo que pasó en realidad con ellos y los que lo saben quizás por decoro se callan.

Habría que preguntarle a Carmen Balcells cómo habría vivido que un escritor como Mario Vargas Llosa acabara en los papeles del corazón y se enemistara con Gabriel García Márquez años atrás. Quizás la respuesta la encontremos en el libro publicado por la escritora Carmen Riera con un título muy sugerente para su lectura: Carmen Balcells, traficante de palabras. Lo que sí es cierto, como apunta el periodista Juan Cruz Ruiz en sus “encuentros con Mario Vargas Llosa sin las distorsiones de la memoria”, es que nos hallamos ante dos grandes colosos de la palabra sin meternos en sus vidas personales, algo que sugiere el escritor Sergio del Molino en su Un tal González. Quizás algún día logremos leer asimismo Tal Mario Vargas Llosa y a un tal Gabriel García Márquez, eso sí con la gracia de las palabras.

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