Opinión | El trasluz

Culpa mía

Hay libros que tardan veinte o treinta años en ser buenos, cosa que no ocurre con las paellas. Dejas reposar veinte años una paella que te ha salido mal y se pudre. Por eso es más fácil hacer crítica gastronómica que crítica de libros. Sin embargo, hay gente que, aun a riesgo de equivocarse, prefiere hacer crítica de libros. El otro día volví a ver una película que en su día no me había gustado y me gustó. ¿Había cambiado la película o había cambiado yo? Quizá habíamos cambiado los dos y gracias a eso pudimos encontrarnos por fin. Hablé con una amiga que, tras divorciarse, se había encontrado por casualidad con un compañero del Bachillerato al que detestaba.

–Y ahora me he enamorado de él —añadió.

–¿Y te has enamorado por las mismas cuestiones por las que lo detestabas o por otras? —pregunté.

–Quizá por las mismas —respondió algo perpleja.

Como estaba empeñada en que lo conociera, quedamos a cenar y me pareció un perfecto imbécil, pero no se lo dije a mi amiga, claro. Unos días más tarde me llamó el perfecto imbécil para invitarme a un café, pues habíamos intercambiado nuestros teléfonos, y en esta ocasión me pareció una persona excelente. Llamé a mi amiga para decírselo, pero ella había empezado a desenamorarse.

–Ya no me gusta tanto —dijo.

–¿Y eso?

–No sé, me parece un poco simple.

Me quedé atónito, la verdad. Los gustos son más volátiles que las criptomonedas. Hace un año compré bitcoins para hacer un reportaje sobre el tema y resulta que se pasan la vida subiendo y bajando. Cuando vas a vender bajan y cuando vas a comprar suben. Entre tanto, el exnovio de mi amiga y yo nos hemos hecho íntimos. Ayer me confesó que le caí fatal cuando nos presentaron. Le pregunté por qué y no supo decírmelo.

–Los sentimientos son inexplicables —concluyó.

Yo no creo que los sentimientos sean inexplicables, sino que evitamos el esfuerzo de explicarlos porque la exposición de motivos nos dejaría en mal lugar. La película de la que hablaba al principio debería haberme gustado la primera vez que la vi. No fue culpa de ella, sino mía. Si tuviera más espacio, les explicaría por qué.

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