Opinión | La espiral de la libreta

No es tradición ni racismo, es machismo

Esta semana supimos que la Fiscalía acusa al padre de las hermanas de Terrassa asesinadas en Pakistán por sus familiares de colaborar para el plan y de ejercer malos tratos, al punto de que una de ellas se quiso suicidar. Aquí vivían bajo orden de su padre o hermano, hasta que pudieron independizarse y tener otras parejas. Tras eso, el padre las engañó para que viajaran a Pakistán donde les esperaban, entre otros, los dos primos con los que debían casarse forzosamente. Ellos, junto con otros familiares, las mataron para “limpiar el honor”.

Es oportuno recordar que lo que se justifica en ocasiones bajo tradición es solo machismo. Como también lo es acusar de racistas a las feministas por denunciar estas agresiones. Y aún peor lo han tenido aquellas mujeres feministas dentro de sus comunidades que, en sus países de origen o ya en el extranjero, han desafiado a sus familiares y a su sociedad para denunciar su vulneración de derechos. Muchas con consecuencias gravísimas de exclusión, marginación, tortura o ser asesinadas. Por fortuna, ellas cada vez son más junto con otros hombres que señalan esa opresión (como vimos en Irán con el velo).

El propio Convenio de Estambul (art. 12) establece que ni “la cultura, las costumbres, la religión, la tradición o el supuesto honor justifican actos de violencia”. Y que hay que adoptar medidas legislativas en procesos penales (art. 42) para evitar alegaciones como que el comportamiento de la mujer transgrede “las normas o costumbres culturales, religiosas, sociales o tradicionales”. Recuerdo esto por la polarización de este tema desde un enfoque erróneo.

Por un lado, la de una parte de la izquierda que ignora el Convenio y tolera, desde el relativismo cultural, que las mujeres sigan sometidas. Y por otro, la de una ultraderecha que aprovecha la ocasión no para defender a las mujeres, sino para campañas de racismo y xenofobia. Ni vale la respuesta de respetar tradiciones ni valen acusaciones racistas, porque lo único que se esconde tras estas agresiones es la misoginia. Es machismo el matrimonio forzoso, los crímenes de honor, la ablación de clítoris, la prueba del pañuelo, el planchado de pechos, el matrimonio forzoso, marginación a las madres solteras y tantas prácticas que vulneran la libertad de las mujeres.

Quienes sigan con el racismo diré que acabo de ver un vídeo donde se dice que si eres una mujer que cada fin de semana estás con un tío diferente, acabarás sola a los 30 años porque habrás perdido todo el “valor” (de nuestro cuerpo, claro). Siempre se cuestiona nuestra libertad y honor. Y eso es lo que siempre nos ha hecho ser juzgadas, por ellos, como muy santas o muy putas. La cuestión es que este vídeo no es de ninguna comunidad extranjera, sino de un españolito con cuenta en TikTok como otros, con muchos likes de otros muchos hombres. Porque no hay nada más mundial y universal que el machismo. Que aquí sigue habiendo crímenes machistas cada mes y una violación cada tres horas. No estamos tampoco para dar lecciones.

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