Opinión | Un minuto

Bienvenidos los eucaliptos

De ser los malos de las películas, los terrenos con plantaciones de eucaliptos pueden ser nuestra salvación. Así se desprende del reportaje que este diario publicó el pasado 28 de abril sobre el proyecto de regenerar las plantaciones intensivas de eucaliptos —se habla de unas 250.000 hectáreas en Galicia— con cultivos de patatas y otros productos alimenticios como berenjenas y fresas, como ya están haciendo experimentalmente en una explotación en A Laracha. No todo van a ser malas noticias, y no me refiero sólo a la coletilla de que el eucalipto deja baldío el suelo en que se planta, sino a la ristra de reveses para los planes que se aventuraban para Galicia. Por ejemplo, el aplazamiento del AVE en su extensión por el resto de Galicia y hacia Oporto. Otro palo: las dificultades contra las que choca la aventura del hidrógeno verde por su coste aquí, en contraste con lo que supone hacerlo en Francia, y la falta de conexión con los centros de consumo. Y no digamos nada de las alegres promesas gubernamentales de viviendas abundantes y baratas, cuando se comprueba que poner tope a los alquileres ha generado escasez de oferta, y con ello precios más altos. Hablar de conectar el noroeste peninsular con el corredor atlántico suena a milonga. Así que, ante tal aluvión de infortunios, bienvenidos sean los eucaliptos que dejan dinero por su tala y sus terrenos —dicen— son aprovechables.

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