Opinión | Editorial

Por una campaña electoral propositiva

Aunque nos cueste creerlo, la campaña electoral para los comicios municipales del próximo 28 de mayo comenzó hace apenas poco más de 48 horas. Se trata, claro, del período oficial, ese en el que los candidatos pueden ya, sin disimulo, pedir el voto a los ciudadanos.

Sin embargo, la realidad es que llevamos meses inmersos en la vorágine electoral, en la que unos y otros intentan obtener el favor de los votantes de los dos únicos modos que se utilizan en nuestro país: o atacando al adversario o prometiendo incluso lo que saben que no podrán cumplir.

Hace mucho tiempo que los programas electorales han dejado de tener sentido en un país en el que el axioma del “y tú más” es la única fórmula que parecen conocer los políticos. Y, enfrente, los ciudadanos no se merecen este comportamiento por parte de quienes están llamados a regir sus destinos y que limitan el papel de sus vecinos a meros depositantes de papeletas cada vez que el calendario nos marca que hay una elecciones.

Dentro de trece días, lo que se decidirá es el futuro de A Coruña. Se trata de elegir el diseño de la ciudad, las líneas maestras que marcarán el avance de la urbe y que, por supuesto, también definirán el día a día de sus habitantes de un modo trascendental.

Por ello, lo que tendríamos que esperar de quienes optan a ocupar el sillón del Palacio Municipal de María Pita es que expliquen con claridad y sin rodeos por qué tipo de movilidad apuestan, cuál es su propuesta para los barrios, qué quieren hacer con el sistema de recogida de basuras o cuál será su política cultural, deportiva o de seguridad ciudadana.

No se trata de limitarse a decir que todo está mal y que ellos lo harán mejor. En realidad lo único que habría que exigirle a quien coloca su nombre en la parte más alta de una papeleta es que, por lo menos, explique cuál es la solución que plantea para todos y cada uno de los problemas y los retos que afrontará la ciudad en los próximos cuatro años.

Los coruñeses se merecen una campaña propositiva, en la que impere la palabra y no la descalificación o el insulto. Se suele decir que las elecciones municipales son las que reflejan más la esencia de la democracia, ya que las siglas de los partidos pesan mucho menos que la sensación que es capaz de transmitir el candidato a los ciudadanos. Además, la política que se desarrolla desde el Concello, al final, es la que más afecta al día a día de los vecinos.

Por ello, es tiempo de que quienes aspiran a gobernarnos durante los próximos cuatro años expliquen qué es para ellos A Coruña y a dónde la quieren llevar si reciben el apoyo de los ciudadanos. Y no nos vale que se limiten a exponer generalidades ni proyectos imposibles de cumplir. Hay una preocupante tendencia en la política española hacia el populismo y lo peor es que esa corriente parece estar llegando también al municipalismo, que hasta ahora, se había mantenido al margen de esta corriente.

Por ello, no es el momento de que nos lancen sus “propuestas tuit”, esas que sus asesores les recomiendan hacer porque consideran que es lo que los ciudadanos quieren escuchar. y que, en realidad, jamás piensan cumplir.

Eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor no es más que una boutade, pero al menos en el campo de la política, se cumple en parte, cuando las campañas se basaban en propuestas argumentadas y no en simples eslóganes.