Opinión

¿Cuál será el mix energético mundial en el 2050?

Naciones Unidas estima que el planeta tendrá 9.700 millones de habitantes en el 2050, lo que supondrá que las necesidades energéticas aumentarán considerablemente. Hay dos hechos relevantes que afectan y condicionan la salud ambiental planetaria y tienen consecuencias sobre la humanidad: los efectos de la contaminación atmosférica en las grandes ciudades, que causan 8 millones de muertes al año, y la emergencia climática en la que se encuentra el planeta, son las dos caras de la misma moneda. La solución a ambos problemas tiene como denominador común la puesta en marcha de medidas urgentes para mejorar considerablemente la calidad del aire de las ciudades y mitigar en lo posible las previsibles consecuencias del cambio climático y la adaptación a sus efectos. El único camino es reducir drásticamente las emisiones de contaminantes a la atmósfera y de GEI, y para ello es clave impulsar y avanzar en el proceso de descarbonización (los combustibles fósiles deberán tener cada vez un menor peso específico en el mix energético hasta quedar reducidos a una mínima expresión). A su vez, es preciso acelerar la transición energética, impulsar el uso de las energías renovables, que deberán tener un peso específico mucho mayor en el mix energético global (lo previsible es que en los próximos años se produzca un cambio rápido como consecuencia del incremento exponencial en el uso de vehículos eléctricos), si bien habrá que echar mano de otras formas de obtener energía que permitan la subsistencia de la humanidad.

A largo plazo la humanidad deberá controlar la fusión nuclear, la ciencia de la fusión está a nuestro alcance. Destacar que está en proceso avanzado de desarrollo el proyecto de investigación más importante del mundo: la construcción del reactor de fusión nuclear por confinamiento magnético (proyecto ITER), que tiene la ventaja de su baja producción de residuos radiactivos de vida media corta (la mayor parte de esta radiactividad desparecerá en un plazo de unos 50 años, los reactores de fusión no supondrán una carga para generaciones futuras), ni emite gases que contribuyan al efecto invernadero, no necesita uranio como combustible, puesto que se trata de dos átomos de hidrógeno (deuterio y tritio) que forman uno de helio (gas inocuo). La fusión nuclear no es una reacción en cadena, es imposible que se descontrole, supone una innovación científica y tecnológica prometedora, como una fuente de energía más segura y limpia que la fisión nuclear y probablemente ilimitada, pero la puesta a punto de dicha tecnología para su producción a gran escala, entraña complicaciones por resolver; además tiene sus riesgos y un potencial coste para la salud planetaria. Está por ver si es el futuro para las generaciones venideras.

En el 2050, lo previsible es que el mix energético tenga mucho que ver con las energías renovables (eólica terrestre, eólica marina, solar, hidrógeno verde, etc.), que se complementarán con otras formas de obtener energía (fusión, nuclear, etc.). Espero y deseo que el mix energético del futuro se encamine por la senda de la sostenibilidad y tenga en cuenta la salud planetaria como eje principal en todas sus acciones. La buena gobernanza tiene que dedicar más recursos a la ciencia y escuchar más a los científicos si se quiere hacer política energética de la buena, que redunde en beneficio de toda la humanidad en condiciones de igualdad.

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