Biden no logra asustar a los republicanos con el oso ruso

El presidente de EEUU, Joe Biden, no ha logrado pese a todos sus esfuerzos asustar a los republicanos con el oso ruso para que aprobaran en el Senado un nuevo paquete de multimillonaria ayuda militar a Ucrania. Leyendo un guión que parecía redactado por los neocons de su Departamento de Estado, el demócrata Biden advirtió a los senadores del partido rival que si no se ayudaba a Ucrania, ese país perdería la guerra con Rusia.

Y, envalentonado por su victoria, el presidente Vladimir Putin, proseguiría su avance hacia el Este y atacaría a otros países vecinos, lo que significaría, según Biden, que EEUU se vería involucrado en un conflicto directo con Rusia y, en virtud del artículo 5 de la OTAN, tendría que mandar a estadounidenses a combatir en Europa.

Los políticos de ambos partidos, demócratas y republicanos, habían defendido hasta ahora la ayuda militar a Ucrania porque era, según ellos, la forma más barata de desgastar militar y económicamente a Rusia sin poner en peligro la vida de un solo soldado estadounidense.

Es decir, que nada importaba mientras fuesen los ucranianos quienes siguieren muriendo en el frente: aunque no hay cifras oficiales fiables, las bajas de ese país en el actual conflicto militar se cuentan por decenas y, según algunos, incluso centenas de miles.

El gobierno de Kiev pide cada vez más armas de todo tipo y municiones a Occidente, pero la OTAN ya le ha dicho que las empresas de armamento no dan abasto para satisfacer sus necesidades militares.

Los republicanos del Senado bloquearon la ayuda destinada a Ucrania porque, según dijeron, la mayor amenaza para la seguridad de EEUU no está en Europa, sino en la masiva inmigración en su frontera sur.

En Estados Unidos son cada vez más las voces sobre todo republicanas que denuncian lo que califican de “despilfarro” de dinero para ayudar a un país que siguen considerando entre los más “corruptos” de Europa.

Uno de quienes así opinan es el aspirante a la nominación republicana a la Casa Blanca, el joven y multimillonario empresario de los sectores de la biotecnología y las finanzas Vivek Ramaswamy.

En el último debate con otros candidatos de su partido, Ramaswamy acusó a la ex embajadora de EEUU ante la ONU Nikky Haley de querer enviar a soldados norteamericanos a un país del que no sabe siquiera nombrar qué provincias ha ocupado Rusia.

Conocido por no morderse los labios, el empresario acusó también a Haley, que ha subido últimamente en popularidad aunque sigue muy lejos de Donald Trump, de estar al servicio de sus riquísimos donantes de Wall Street y de ocupar un puesto en el consejo de dirección de la empresa aeronáutica y armamentista Boeing.

Haley se ha reunido últimamente con el director ejecutivo del banco JPMorgan y el consejero delegado del mayor fondo de inversiones del mundo, Black Rock, a los que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha invitado a invertir a lo grande en su país.

El hecho de que Putin sea un “malévolo dictador”, dijo también Ramaswamy en otro debate, no hace bueno a Zelenski, “que ha prohibido once partidos de oposición”, controla “todos los medios de comunicación ” de país y que “hace sólo una semana elogiaba a un nazi entre sus filas”.

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