Opinión | Crónicas galantes
Vodevil en el Congreso
Supuestos lances de mano larga con los caudales y/o con las señoras, están causando bajas en el frente del Congreso. Meses atrás fue el exministro José Luis Ábalos, repudiado por su partido, el que optó por refugiarse en el Grupo Mixto; y casi nadie ignora que esos días de ahí atrás dejó su escaño el portavoz de Sumar en la Cámara, Iñigo Errejón.
La de diputado empieza a ser una profesión de riesgo, aunque no mucho. Nada de lo que asombrarse, si se tiene en cuenta que la política y la guerra son actividades vecinas, según la famosa teoría del estratega Carl Von Clausewitz.
Llama la atención, si acaso, que los dos congresistas pudieran haber caído bajo una balacera de lo que piadosamente se llama fuego amigo. En la terminología bélica —y política— se define así a los disparos procedentes del propio bando.
Lo más notable es que la munición empleada contra ellos sea la misma que los dos tiroteados usaron en su día contra el bando de enfrente.
Ábalos, por ejemplo, fue el portavoz encargado de disparar la moción de censura que hace seis años abatió al entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. La pólvora utilizada fue una sentencia en la que los jueces consideraban que el PP —partido gobernante a la sazón— había establecido un sistema de “corrupción institucional” para financiarse.
Ahora es el propio Ábalos quien está en la picota por una trama en la que se entremezclan —supuestamente— la corrupción y los asuntos sórdidos y aeroportuarios de madrugada.
El partido al que perteneció como segundo de a bordo lo ha expulsado de la nave con el aparente propósito de que no le afecte la onda expansiva del escándalo. En la política, como en la guerra, ni siquiera se agradecen los servicios prestados.
También sorprende el mutis por el foro de Iñigo Errejón, acusado de comportamientos poco decorosos con las señoras. La denuncia y persecución de este tipo de conductas fue, precisamente, uno de los ejes ideológicos que caracterizaron desde un principio a Podemos y a su continuador Sumar. Y en ambas fuerzas militó, en puestos de altura, el alguacil ahora alguacilado.
Choca que el caso haya emergido tras una denuncia en las redes sociales. En esos pagos de internet, donde se puede decir de todo sin responder de nada, fundaron su crecimiento los Podemos, los Sumar, los Vox y los Alvises que venían a regenerar la política. Nadie podía imaginar que las balas rebotan y pueden alcanzar también a quién dispara.
Son lances que, de puro ordinarios, ya no provocan asombro alguno. Cuando un representante del pueblo acusa a otro de robar o de meter mano y éste le responde con el clásico: “Pues mira que tú”, no queda sino darles la razón imparcialmente a los dos.
Más que escandalizarse, el público debiera valorar lo divertida que resulta la mezcla de sexo, dinero, moralistas, pícaros y porteros de clubes de alterne que tanto nos entretiene estos días. Si a todo ello se le suman las conversaciones de alcoba del anterior jefe del Estado con una de sus numerosas amantes, la escena política es un perfecto vodevil o “comedia frívola, ligera y picante” según la define el diccionario.
Las palomitas corren por cuenta del público, eso sí.
Suscríbete para seguir leyendo
- Galicia es la segunda comunidad con los niveles más bajos de calidad de vida
- Hijos de Rivera estrenará nueva sede en el antiguo Comcor, en A Coruña, en la segunda mitad del año
- Frente al tabú de la incontinencia, en A Coruña: 'Invalida tu vida en todos los sentidos
- Problemas con un pasajero en un vuelo entre Canarias y Galicia provoca momentos de tensión y retrasos
- Un gallego, una de las víctimas del grave accidente de Segovia
- Un mirador hacia la ría desde una nueva urbanización de pisos y chalés de A Coruña
- Un accidente en la salida de la AP-9 en A Coruña provoca retenciones en Alfonso Molina
- ¡A Juanito, un amigo del alma!