Opinión

El coste del cambio climático

El terrible evento que nos ha sacudido esta semana genera empatía y preocupación. Es difícil no ponerse en el lugar de esos compatriotas, de esas familias devoradas por las riadas: sus vidas, sus coches, sus casas, sus negocios. Y es difícil no preocuparse por lo que nos viene encima. El cambio climático está aumentando la probabilidad de eventos extremos y agravando su intensidad. En cada zona de España, el riesgo de riadas, inundaciones, sequías intensas, grandes incendios, olas de calor, o vientos huracanados son distintas. Pero nadie está a salvo de una u otra cosa.

Además de insistir en la necesidad de tomarse muy en serio la transición energética y los compromisos de reducción de CO2 en las dos próximas décadas, me gustaría exponer dos ideas.

La primera es que tenemos que prepararnos. Cada municipio y comunidad autónoma tiene que analizar sus riesgos y adaptarse. Según el caso, habrá que crear cauces de evacuación de aguas, zonas de sombra, aprovechar mejor las precipitaciones para cuando deje de llover… las actuaciones preventivas son múltiples y exigen evaluaciones individualizadas. Si queremos salvar vidas y minimizar los efectos negativos sobre el bienestar de las personas y el valor de las cosas, hay que apresurarse.

La segunda es que nos va a costar dinero. Contamos con algunas proyecciones al respecto. Un trabajo de Gagliardi, Arévalo y Pamies (2022) centrado en los 13 países de la Unión Europea en los que se espera un mayor impacto negativo, simula dos posibles escenarios que el Acuerdo de París de 2015 fija como objetivos de calentamiento global para este siglo: el más estricto de +1.5°C y el mínimo del +2°C por encima de los niveles preindustriales. En concreto, proyecta el cambio en la ratio de deuda pública entre 2021 y 2032 como consecuencia de los eventos extremos considerados y que incluyen sequías, inundaciones costeras y de ríos y temporales de viento. Los resultados que se muestran en el gráfico adjunto revelan impactos fiscales muy sustanciales.

España sería el más afectado de los 27 países de la Unión Europea. En comparación con el escenario base, sin impactos provocados por el cambio climático, se estima un aumento en la ratio de deuda pública sobre PIB entre el 4.5% y el 5.2%. La dificultad de este tipo de cálculos hace que las cifras deban ser tomadas con cautela, especialmente en el caso español. Probablemente, la extrapolación de costes medios derivados de incendios o inundaciones sobreestime el impacto de los eventos para España, por la mayor concentración de la población en las ciudades o la geografía costera. En este sentido, es llamativo el comparativamente bajo impacto en Países Bajos, por ejemplo. Por eso, seguramente sea más razonable fijarse en el impacto promedio para los países analizados. Un impacto que, en todo caso, es relevante cuantitativamente: alrededor de 2-2.5% de PIB según el escenario.

También por este motivo necesitamos tener unas cuentas públicas saneadas y una administración central fuerte y con capacidad tributaria propia, que permita hacer frente al coste de los eventos extremos.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents