Opinión

Yeremay sube de precio hasta cuando no juega

Gauto en el Deportivo-Sporting

Gauto en el Deportivo-Sporting / Iago López

Es casi imposible que Yeremay no entre por los ojos. Cada gesto, cada regate, ese desequilibrio... Un jugador único y en extinción. El club lo tiene bien atado, pero su caché se dispara semana a semana, incluso cuando no está. El Dépor lo echó de menos. Su capacidad para generar, para liberar a lo que tiene su alrededor. Esa nostalgia también desnuda a su equipo. Ya con Idiakez fuera y con varias semanas de Gilsanz en el cargo, los milagros no son tan sencillos ni suponen hacer una reglas de tres. El equipo, inferior a su rival, sufrió lo indecible en la salida de balón hasta que Soriano se arrimó a ayudar y le faltó un ariete que amenazase de verdad y colmillo en posiciones ofensivas. Quizás el Dépor esté donde le corresponde por lo que tiene, por lo que no supo encontrar en el mercado. Y hay deficiencias que tendrá que arreglar, si puede, en enero. Mientras no llega ese mes, toca trabajar, trabajar y rezar para que Yeremay esté sano.

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