Opinión

La intermodal llega tarde a A Coruña

Obras en la estación intermodal de A Coruña, esta semana.

Obras en la estación intermodal de A Coruña, esta semana. / Carlos Pardellas

El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) ha conseguido en A_Coruña lo que parecía imposible. Y es que la Alta Velocidad haya llegado antes de que finalizaran las obras de la estación intermodal. Desde el año 2000 se pretendía en la ciudad agrupar en un mismo espacio el transporte por tren y el de autobús. Es en 2011 cuando se menciona por primera vez como tal la estación intermodal y, a continuación, hay que esperar otros once años para que la infraestructura vuelva a aparecer en la vida de los coruñeses. Lo hace en 2022, con el inicio de las primeras obras para su construcción.

Ahora, esos trabajos obligan a que Adif ponga en servicio una estación provisional que funcionará al menos durante año y medio. Durante este tiempo se intentará atender a los más de 300.000 usuarios que utilizan cada año el tren en A Coruña.

De hecho, según confesó el responsable de Adif, Juan Pablo Villanueva, es el éxito de viajeros que registra el ferrocarril en la ciudad el que provoca que se ejecute esta instalación provisional ya que, inicialmente, no estaba contemplada en el plan de obras previsto.

El crecimiento de los pasajeros, cifrado en 100.000 al año, ha provocado en ocasiones espectáculos como el de hace una semana, que denunció LA OPINIÓN DE A CORUÑA, con usuarios formando una interminable cola que salía de la estación y llegaba a la calle. Es de suponer que este tipo de problemas, provocados en esta ocasión por la falta de personal en el sistema de control de equipajes de la estación, se evitarán en las instalaciones abiertas ayer. La previsión de los responsables de su funcionamiento es fundamental ya que el nuevo edificio es mucho más pequeño que el que pretende sustituir, y, es de suponer, el número de pasajeros no se reducirá.

Y es que, pese a las lagunas que muchas veces se producen en el servicio y pese a la falta de unos horarios de tren ajustados a las necesidades de los principales usuarios (fundamentalmente personas que se desplazan por trabajado y estudiantes), el ferrocarril se ha convertido en una alternativa para los desplazamientos de muchos miles de gallegos y, por lo tanto, de muchos coruñeses. Ciudadanos que optan por ese medio de transporte, aunque se topen con comportamientos por parte de sus responsables tan absurdos como convertir la compra de un billete de tren en una operación prácticamente imposible, tanto para los servicios de largo recorrido como para los del Eje Atlántico.

Es de suponer que en junio de 2026 (si se cumplen los plazos previstos), cuando la vieja estación de San Cristóbal renazca convertida en intermodal, se hayan superado los problemas que lastra un servicio que es crucial no solo para la vertebración del Eje Atlántico, sino para la de toda Galicia.

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