Opinión

El repunte de la mortalidad en carretera

Colisión de vehículos en un accidente de tráfico.

Colisión de vehículos en un accidente de tráfico. / J. Roller

Todavía no ha finalizado diciembre, pero a estas alturas ya se sabe que 2024 no ha sido un buen año en las carreteras gallegas. Las cifras señalan que, en los primeros once meses, el número de víctimas mortales se ha incrementado en un 15%. Una situación preocupante que lo es todavía más en la provincia de A Coruña, donde el aumento en la cifra de fallecidos en el asfalto es del 80% con respecto a los que se produjeron en 2023.

Son las carreteras secundarias las que concentran una tasa de mortalidad más elevada y acumulan más del noventa por ciento de los siniestros que se registran sobre el asfalto en Galicia. Esto es debido, según los expertos, a que los conductores se relajan cuando van por una vía que utilizan con cierta asiduidad, lo que incide en un incremento de accidentes.

Además, las distracciones al volante (en la mayoría de los casos por el uso del móvil mientras se conduce) y la velocidad inadecuada son, junto con el consumo de alcohol y drogas, factores que aparecen en la gran mayoría de los siniestros. De hecho, los agentes de la Guardia Civil de Tráfico sorprenden cada día a 30 conductores ebrios y a otros 15 drogados al volante de sus vehículos. La situación es tan grave que, ahora mismo, el 55% de los automovilistas que son sometidos a un narcotest dan positivo.

La Navidad es época de juntarse con los amigos y con la familia, de sentarse a comer o cenar y, también, de brindar. El problema es que parece que son demasiados los gallegos en los que no caló aquel mensaje de «al volante, alcohol cero».

Para todos ellos, la Dirección General de Tráfico tiene previsto realizar cada día de estas fiestas alrededor de 4.000 test de alcoholemia, para intentar que quienes hayan bebido no conduzcan un vehículo. Y lo hace, además, con el refuerzo de los controles exprés y dinámicos, que supondrá que la vigilancia irá cambiando cada pocos minutos de carretera y de lugar con la idea de minimizar el alcance de los avisos de los operativos de alcohol y drogas a través de las aplicaciones de teléfono existentes. La utilización de este tipo de programas de alerta es tan habitual entre los jóvenes gallegos que el teniente coronel Antonio Hidalgo Romero, máximo responsable de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, reconocía hace unos días que pillar a alguien de entre 18 y 25 años en un control en nuestra comunidad «es casi un milagro».

El problema es que muchos de quienes alertan de la presencia de un control no son conscientes de que con su aviso permiten que una persona que no está en condiciones conduzca un vehículo, con el riesgo evidente que eso supone para él mismo y para el resto de personas que circulan por carretera.

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