Opinión
No es la AP-9, es Tinder
Estábamos de cháchara cuando B. dejó caer su última conspiración galaica. El tipo está convencido que algo extraño ocurre entre Tinder y la AP-9. ¿Por qué? Pues tras un tiempo como usuario, le resultaba extraño que viviendo en Santiago (y marcando un radio de 15 kms), la aplicación nunca lo juntase con una picheleira, o una chica de Ames, ni tan siquiera de Milladoiro. Nada. La app lo enviaba hacia el norte, hasta A Coruña, incluso Ferrol. O bien hacia el sur: Vilagarcía, Pontevedra, Vigo, de hecho en una ocasión hizo match en Atios, donde las canteras de granito. Por desgracia, el flirteo con la de Porriño que parecía tener futuro, acabó meses después. Eso sí, no fue un “se nos rompió el amor”, como cantaba Rocío Jurado, más bien fue un crac económico, es decir, una pasta en la AP-9, más otro tanto en combustible, sin contar los gastos inherentes al tema, pues el presupuesto se resintió y... c’est fini.
Aun así el chaval intentaba un “amor local”, incluso reduciendo la distancia de búsqueda, pero el traicionero algoritmo lo mareaba del Arco Ártabro a las Rías Baixas. Primero moza en Fene, después Cangas, también una rapaza muy simpática de Redondela, ¡hasta en Betanzos y Culleredo hizo tilín!, y cuando ni imaginaba que podría ir más lejos: Tui. Pero ahí ya se plantó. “Tinder y la AP-9 nos engañan”, afirmó con gesto serio. “¿Quien se va a creer que resulte imposible encontrar pareja entre Teo y Lavacolla, además con la cantidad de turistas que tiene Compostela?”.
Al destapar el caso, varias contertulias sacaron ejemplos de lo mismo en el sexo opuesto. Según Z., por la experiencia de sus amigas pontevedresas, siempre encontraban pareja en A Coruña o en Narón. Los ejemplos además con un patrón semejante: una gran complicidad que se va al garete al cabo de unos cuantos meses por cuestiones económicas. Y así, sin tiempo para que la confianza acabe en natalidad, la demografía galaica sigue por los suelos. Solución, el emparejamiento tiene que ser local, se genera ahorro, además se liberan viviendas.
El Gobierno gallego llega tarde con la Tarxeta Benvida y el Bono Concilia, o la gratuidad de las guarderías. Ojo, entiéndase, son medidas necesarias pero sin bebés carecen de sentido. Ahora la clave es Tinder, desarticular la trama con la AP-9 y conseguir enamoramientos Km 0. Porque... eso de abrir un litigio con Audasa para anular la prórroga de la AP-9, está fuera de carta, ¿verdad? Es más, puestos a imaginar imposibles, ¿para cuando una red ferroviaria de cercanías?, un Galitren. ¿O se nos va todo el presupuesto de movilidad sostenible en los AVE y sus megaestaciones? Va a ser cierto, resolvemos antes con Tinder.
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