Opinión | Billete de vuelta

Cómo perder un «Óscar» por cagarla en X

Los mensajes en las redes sociales son como los tatuajes: aunque te empeñes en borrarlos, siempre queda una marca indeleble. Sobre todo en X, lo que antes fue Twitter y ahora, en los tiempos infames de Trump, se ha convertido en un estercolero donde ya no venden ambientadores que permitan hacer más respirable el ambiente. Karla Sofía Gascón, la actriz «trans» española a la que daban ganadora del «Óscar» por su interpretación en «Emilia Pérez», ha sido apartada de las quinielas de Hollywood por unos comentarios desafortunados, racistas y xenófobos que publicó en las redes sociales hace algunos años. Los comentarios en X son como los cadáveres que se esconden bajo las alfombras: acaban aflorando justo el día en que el «asesino» recibe el homenaje de una sociedad filantrópica por sus buenas acciones y sus generosos donativos. No cabe en este caso el arrepentimiento: a lo escrito, pecho. Moraleja: si no quieres que te salpique el lodo del muladar, no pasees ufano por las veredas del vertedero.

Todo lo que rodea a esa película es un disparate, un canto a la insolencia. Su director, el francés Jacques Audiard, ha dicho que el español «es un idioma de migrantes y gente pobre». Viniendo de un gabacho, el insulto enaltece. Este personaje no sabe en qué lengua escribieron Cervantes, Lope de Vega, Machado o Quevedo. Y sí se habla en países migrantes, lugares donde escribieron Rulfo, García Márquez o Borges. Debería leerlos, seguramente fueron traducidos al francés.

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