Opinión | Billete de vuelta

Sobre nosotros, sin nosotros y contra nosotros

Con su sorprendente propuesta de paz para la guerra de Ucrania, sentado a la mesa con Putin y excluyendo de las negociaciones al país invadido y a Europa, Trump bendice un cambio radical de las relaciones internacionales: el restaurante de los ricos donde si no estás a la mesa formas parte del menú. Se trata de un nuevo orden basado en el ejercicio del poder por la fuerza y la coacción. Si eres poderoso, tienes garantizados los cubiertos y el plato. Si no lo eres, prepárate para dorarte en la sartén, porque vas a ser devorado. Los chinos acuñaron una frase similar, que también ejercen en su sibilina expansión comercial, tecnológica y militar: si no eres el cuchillo y la tabla de cortar, serás el pescado y la carne en la tabla.

La histórica foto de Yalta recobra actualidad con nuevos protagonistas y una enorme salvedad: el sitio reservado a Churchill ahora lo ocupa Xi Jinping. El viejo orden internacional surgido tras la Segunda Guerra Mundial fenece. Y lo hace con un terrible error de cálculo del mercantilista Trump que hace añicos el derecho de naciones: su discurso se parece mucho al de Chamberlain para justificar su acuerdo con Hitler en 1938, cuando las divisiones acorazadas nazis se encaminaban a Checoslovaquia.

De los acuerdos de Múnich que permitieron a Hitler anexionarse los Sudetes se excluyó a los checos, que después fueron invadidos. La situación parece repetirse casi un siglo después y las consecuencias resultaron desastrosas. Son otros los que deciden acerca de nosotros, sin nosotros y contra nosotros.

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