Opinión | Shikamoo, construir en positivo
Pilotos, IA, Física y... seguridad
Les saludo de nuevo, amigos y amigas, en esta primera ventana que abrimos en el mes de abril. No hace falta que les cuente que el campo ya está lleno de flores, y que la explosión de la primavera en curso ha terminado de concretarse en estos últimos días. Toca luz, toca reventón de vida, y un ya imparable cambio de los usos y las lógicas, que se van adaptando rápidamente para comenzar esta parte más soleada y cálida del año, llena de bullicio y visitantes. Les deseo lo mejor en ella, tanto si comienzan ahora los meses que más les gustan a ustedes como en el caso de que, como a mí, prefieran un poco más de sosiego y de fresquito. En cualquier caso, sean felices y ¡viva la diversidad! Al fin y al cabo, para gustos se pintan colores y cada uno tendrá su época favorita, pero seguro que todos podemos encontrar cosas buenas en todos los momentos del año...
Y, precisamente, con la primavera y el verano llegan las épocas del año en que los desplazamientos se disparan en número. No sé si son ustedes de los que intentan aprovechar unos pocos días de descanso en algún lugar diferente al de la vivienda habitual en Semana Santa. Les confieso que, en mi caso, yo era mucho de salir e improvisar en fechas como esas. Pero ahora... es algo imposible. O uno lleva atado y bien atado desde hace tiempo los lugares donde quiere pernoctar o incluso comer, o muchas veces es imposible. Recuerdo algún viaje en los últimos tiempos en el que, por querer ir un poco sobre la marcha, tuvimos que regresar a casa o cambiar drásticamente los planes, so pena de no poder dormir en parte alguna. Hoy, con un mayor número de viajeros en todos los lugares, es peligroso dejar las gestiones para lograr cama y comida demasiado abiertas... Por experiencia, se lo aseguro.
Dentro del mundo del viaje, aquellos que se realizan en avión implican hoy a un número muy importante de personas. Y es que, por sus características tan singulares, el avión es el mejor modo de viajar cuando uno se plantea un desplazamiento largo, o también de mediano recorrido si uno dispone de poco tiempo. Pero se perfilan tiempos afilados en el sector, y eso me dispongo a contarles. Y ya saben que, por razones de las que hemos hablado otras veces y en las que no me extenderé ahora, veo con especial simpatía y cercanía el mundo del avión y sus profesionales. Pero, por lo que vengo leyendo y escuchando desde hace tiempo ya, las cosas se están complicando...
La cuestión es que, en una política clara de reducción de costes —o de ampliación de beneficios— y quizá también de falta de profesionales cualificados futura o ya presente, el sector se está planteando la sustitución de una de las personas a los mandos de una aeronave por una inteligencia artificial. Y esto choca claramente con el punto de vista de los pilotos. Aquí habrá quien dé argumentos en uno u otro sentido, seguramente con parte de razón por ambas partes en conflicto. Yo, seguramente por ese vínculo que un día me unió con tal sector, tengo clara mi postura. Y esa no es otra que, de forma concordante con las y los profesionales de la aviación y tal como ha expresado el Sepla, sindicato español de pilotos de líneas aéreas, creer que tal cambio sería claramente perjudicial para la seguridad de las personas.
Miren, un avión comercial es ya un entorno muy tecnificado, con muchos procesadores y muchísima electrónica y tecnología de la información. En él ya hay multitud de equipos capacitados para casi todo. Un avión en piloto automático puede realizar ya muchísimas de las maniobras necesarias para que el servicio se realice, con los márgenes de seguridad apropiados y sin poner el riesgo la vida de nadie. Y más con equipos más capaces y dotados de capacidad de aprender e interactuar con el entorno. Sin embargo, la tecnología falla. Los imprevistos, existen. Las condiciones extremas, donde surgen cuestiones imprevisibles, también. Y la realización simultánea del pilotaje, las comunicaciones y el monitoreo de los equipos, por muy autónomos y avanzados que sean estos, no es posible. Bien es verdad que un único piloto más una inteligencia artificial, como pretende parte de la industria aeronáutica, podría llevar a buen término su misión en determinadas circunstancias. Muy bien... pero ¿y qué pasa cuando esto no es así? ¿Qué ocurre cuando es necesario improvisar o tomar decisiones arriesgadas, cuando lo ideal y lo prudente colisionan o cuando los sistemas, por muy redundantes y concomitantes que sean, están aquejados todos de una misma patología y o no están disponibles o sus cálculos o soluciones llevan indefectiblemente a la catástrofe?
¿Qué sería de «Sully» y su gesta sólo con un piloto y una IA? ¿Cómo se podría interpretar lo que trasciende los meros datos? ¿Pasaremos de la imposibilidad de ir nunca un piloto únicamente en cabina, después de aquel trágico vuelo de Germanwings que terminó con suicidio de un piloto con la subsidiaria muerte de todos los que se encontraban allí, a que siempre vaya únicamente una persona en la misma? ¿Tiene algún sentido esto? Para mí, no. ¿Y para ustedes? Pues ojo que se lo están pensando para dentro de unos cinco años, casi sin que la sociedad lo sepa... ¿Vale la pena arriesgar e ir tan al límite? Yo creo que no.
Lo cierto es que en todos los campos alguien formula, de tanto en tanto, el mantra de la reducción de costes sin reparar en sus posibles consecuencias, o asumiendo como simples «daños colaterales» todo lo que salga mal. Creo que a la sociedad le corresponde, en este y en otros muchos casos, la tarea de decir que de ninguna manera. Y es que, por mucha IA que se instale en una cabina de mando, creo que una única persona no debería estar a cargo de un avión bajo ningún concepto. Y es que aquí, no lo olviden, no vale instalar un dispositivo de «hombre muerto» que, como en el caso de los trenes, detenga a estos automáticamente. Aquí sustentación, pérdida, alabeo y cabeceo son un poquitín más complicados —y esto es Física, queridos y queridas— y las consecuencias de cualquier indisposición o decisión de calado errónea de una única persona en cabina, incluso con una IA, podrían ser mayúsculas... ¿O no?
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