Acumulación de problemas

Entre los diversos asuntos de que se publican noticias fui recogiendo recortes de tres que me son próximos: la comunicación de Galicia con Portugal es el primer tema que capta mi interés; como conductor por carreteras gallegas la incidencia de los jabalíes me preocupa por los muchos accidentes que provocan; y el tercer lugar lo ocupa la reglamentación respecto al lobo, sobre cuyos daños a ganaderos escribí hace poco.

Pervive un dicho algo deslenguado —«Éramos pocos, y parió la abuela»— que usamos cuando la abundancia y proliferación de razones y motivaciones nos sobrepasan. Y en esas estoy con el tema del lobo ibérico que al final ha logrado salir del dichoso Lespre (listado de especies especialmente protegidas), en zonas peninsulares al norte de Duero, que afecta singularmente para la caza de este animal en Cantabria, Asturias, Galicia y Castilla-León, y con ello la disminución de los lobos.

Que diputados europeos y autonómicos, así como los sesudos técnicos con toda una cohorte de asesores tengan que reunirse para legislar aquí, en Madrid, y en Bruselas y Berna sobre esta cuestión, y otras similares —las jaulas trampa para luchar contra la proliferación de jabalíes que proponen las Uniones Agrarias— justifica ese improperio que uso, como si no hubiese otros problemas y cuestiones más vitales.