Opinión | Corto y al pie
¿Viajar a Estados Unidos? Mejor no
Estados Unidos es casi mi segunda casa. O, al menos, lo era. Allí viví y allí trabajé en uno de los momentos más intensos que un periodista especializado en economía puede imaginar, la gran recesión de 2008 que se produjo tras la quiebra de Lehman Brothers. El rascacielos donde estaba la sede del banco de inversión y sus empleados, esos que en el septiembre maldito huían a sus casas con los recuerdos de toda una vida en cajas de cartón ondulado, caían a dos calles de casa. Todavía me queda una de las tazas de café con leche de Lehman, blancas y verdes. Allí viví y allí conocí a personajes históricos de la economía, la política y la cultura a los que solo la profesión más bonita del mundo, la mía, te da acceso privilegiado. Allí viví y allí hice amigos que eran mucho más que familia cuando la tuya propia estaba a un océano de distancia. Allí volví, cuando ya había regresado a España —con la primera economía del mundo rugiendo de nuevo—, una vez al año, sin falta, hasta que el coronavirus confinó las buenas costumbres. Allí volví, después, cuando la pospandemia nos devolvió parte de lo que el confinamiento nos había quitado.
Este año, en cambio, no será así. Al menos, por ahora, y por elección propia. A los precios estratosféricos de los últimos años y a la siempre farragosa experiencia de usuario del control de aduanas, se une ahora la desafección de ver una Administración, la de Donald Trump, que parece querer convertir al país donde una siempre se sentía en casa en una isla que se ha encerrado en sí misma detrás de un arancel o de un muro contra la inmigración. Cuesta reconocerla.
No seré la única turista que cambie América por Europa esta Semana Santa. Aun así, puede que Estados Unidos ni siquiera se dé cuenta de nuestra ausencia. Pero, en todo caso, la Europa que tanto necesitamos tiene que aprovechar esta oportunidad, como tantas otras que le abre la era de la Casa Blanca de Trump, y ser tierra de acogida, sin criminalizar ni al turismo, ni al libre comercio o la inmigración.
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