Opinión | Shikamoo, construir en positivo
¿Ciudades o parques temáticos?
Les saludo, queridos lectores y lectoras. Más mimbres para analizar la actualidad, en esta nueva jornada en la que tenemos la oportunidad de estar, ver, sentir y vivir. Tiempo de turismo, de grandes desplazamientos y de concentración en una semana de lo que más tarde, ya en el verano, se va a producir de forma más repartida en los meses de julio y, sobre todo, agosto. Y es que estos días de la Semana Santa son verdaderamente intensos en movimientos de personas entre diferentes localidades. Algo que, en particular en Galicia, es cada vez más notorio. Leía algún titular hace unas semanas que hacía alusión al gran incremento de las reservas en nuestra comunidad para este año 2025. Pero no hace falta más que salir a la calle para ser consciente de ello. Los próximos días, del jueves al domingo, esto se multiplicará de forma evidente.
Alguien explicaba, hace poco, que los centros de las ciudades, los lugares más pintorescos y las zonas con más atractivo turístico están pasando a ser, de alguna manera, verdaderos parques temáticos. No quita esto algunos elementos positivos, porque hay que recordar que previamente en muchas ciudades tales centros presentaban deficiencias o estaban incluso muy abandonados. Pero de ahí a la absoluta gentrificación —expulsión de la ciudadanía local vía precios o difícil convivencia— que hoy es patente ya en muchos lugares, va un mundo. Las zonas de nuestras ciudades y villas donde se concentra la mayor parte de nuestros recursos turísticos están adquiriendo cierto cariz de vida artificial, de parque temático de cartón piedra. Están repletas de turistas, por una parte, mientras que es imposible desarrollar una vida cotidiana en ellas. Puro escenario para fotografías, sin otra actividad.
Miren ustedes para Venecia, por ejemplo, como paradigma de lo que yo creo que no debe ocurrir en nuestras ciudades y pueblos. Hordas de turistas toman sus calles, en una existencia basada en el selfie, el souvenir y los servicios diseñados y adaptados a tal tipo de estancia temporal. Actividades que dejan beneficios, especialmente a los grupos con mayor posición dominante en toda esa panoplia de ofertas al turismo y también para el conjunto vía impuestos, pero que ha hecho que una muy buena parte de la ciudad sea completamente invivible. Si se fijan ustedes en Barcelona y, salvando las distancias, más de lo mismo. ¿Saben ustedes en qué se ha convertido, pongamos por caso, el en otro tiempo bello y real Mercado de la Boquería? Les invito a que lo contemplen con sus propios ojos si no han estado por allí últimamente. Creo que todo ello merece una reflexión, para que al menos el horizonte hacia el que vayamos sea buscado, y no que el devenir de las cosas nos lleve a él, sin más...
No hay que demonizar al turismo, que en España supone uno de los capítulos más importantes del PIB, sin ambages, suponiendo más del trece por ciento del mismo. Pero precisamente por ello, por su sostenibilidad ante las muchas amenazas que acechan a tal actividad, creo que hay que saber compatibilizarlo con las formas de vida de la población local, lejos de producir guetos y de convertir a los sitios más deseados en verdaderos parques temáticos, irreales y artificiales. Creo que hay que consolidar la personalidad propia de cada lugar, precisamente como forma de poner a los mismos en valor, sin entrar en esa medianía mundializada de oferta que tanto daño hace. Precisamente en el ser genuinos y auténticos está el atractivo, no en que encontremos lo mismo en cada esquinita del globo... Que el turismo sea un sector pujante es una buena noticia, siempre y cuando eso no amenace la posibilidad real de vivir de la ciudadanía local, no encarezca sobremanera su cesta de la compra o sus posibilidades de ocio o no genere actividades incompatibles con tal vida del día a día. Ese es el reto...
Precisamente la estrategia ha de ser diseñada en épocas de vacas gordas, sin esperar a las flacas. O sea, ahora. Si continuamos sin hacer nada o al menos no lo suficiente, de forma que el propio tirón turístico del país decaiga por masificación, malos hábitos, gentrificación, incremento desmedido de los precios o deterioro de las condiciones de vida, malo. Es necesario conciliar los intereses de tan importante sector con... todo lo demás. Y en eso tenemos que mejorar, no vayamos a, por una parte, matar a la gallina de los huevos de oro. Y, por otra, a convertir a nuestro país o a muchas de sus zonas en un verdadero infierno, desprovisto de vida real. Y aquí ejemplos de eso ya hay. Vayan a Ibiza, por ejemplo, a preguntar... O, sin ir más lejos, a algunas zonas de nuestra querida y antes tranquila Galicia, especialmente en semanas como esta...
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