Opinión

Humillados y ofendiditos

Cuidado: las cosas se están poniendo tan peliagudas que cualquier comentario, por inocente e inofensivo que sea, puede despertar la furia de quienes se sientan aludidos. Hay pocos terrenos que se libren de ser un campo de minas, sobre todo si es de superficie digital. Como alguien se atreva a sugerir que ciertas pócimas sacan lo peor de algunas personas y que prefiere mantenerse lejos de quien entiende la fiesta como algo invasivo y agresivo saldrá algún ofendidito (persona que se mosquea muchísimo y cambia la mesura y el diálogo por el insulto) que llame al disidente plasta y aguafiestas. Como alguien ose reconocer que le aburre algún género de literatura (qué sé yo, novela de ciencia-ficción, histórica, romanticoide, negra, thriller, ¡poesía!...) se puede enfrentar al ceño fruncido de quienes devoran lo que a otros adormece y se ofenden contra quien no comparta su devoción. Si alguien sugiere que algunos dueños de mascotas deberían ser más cívicos vendrá alguien que catalogue al maledicente de ser insensible. Quien cometa el error de no sentirse deslumbrado por determinado tipo de comida o indumentaria lo lleva crudo cuando se tope con ardientes defensores. Lo mismo ocurre en asuntos de cine: mejor no arriesgarse a llevar la contraria a fervientes admiradores de determinados cineastas o intérpretes. Con la música hay que ser muy prudentes porque existen defensores de artistas que se toman muy a pecho que haya sacrílegos que no sientan la misma pasión. Y si se esboza la menor crítica (fundada, claro, las opiniones exabrupto tienen el valor argumentativo de un codazo), la reacción puede ser irracional. Y no hay nada que se escape a la invasión de humillados y ofendiditos que dedican gran parte de su tiempo a perderlo despotricando contra quienes tienen la desfachatez de no compartir gustos y obsesiones. Los empujones del fanatismo futbolero, religioso o político, los barrizales de los realities y las paranoias conspiranoicas o las cornadas taurinas son broma dura: la guillotina virtual no da abasto con tanta cabeza disidente que borrar.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents