Opinión

Eduardo Mendoza iba a ganar el Nobel

La única reacción posible ante el premio Reina de Asturias (o quizás Princesa) a Eduardo Mendoza es «¿pero no lo había recibido todavía?». A diferencia de la inmensa mayoría de los miembros de su gremio, el novelista barcelonés siempre ha dosificado su fama. Eligió que lo dejaran en paz, aunque su prosa satírica le ganaría hoy una visita de Abogados Cristianos. Se defenderá aquí con pruebas el vínculo estrecho del autor de la inigualable La verdad sobre el caso Savolta con el único premio literario relevante, el Nobel. En 1989 lo consiguió Camilo José Cela, que en diciembre acudió a recogerlo a Estocolmo. El viaje para cubrir la entrega me permitió entrevistar a Knut Anhlund, el académico sueco que había promocionado al vecino de Mallorca en cuanto traductor de Mazurca para dos muertos y que, ni corto ni perezoso, sentenciaba que «soy el especialista en castellano de la institución».

La siguiente pregunta era inevitable, ¿quién iba a ser el próximo Nobel en castellano? Anhlund no parpadeó. «Si hubiera de dar un nombre para el futuro, sería el de Eduardo Mendoza». Los atributos que situaban al catalán en la pista de salida se resumían en «un autor dotado de una creatividad fantasiosa, desbordante y poco común», cualidades detalladas en un perfecto castellano. Para demostrar que no bromeaba, el académico sueco recitó de carrerilla la producción entera hasta la fecha del premiado en Asturias, empezando por las obras que consideraba más importantes, La ciudad de los prodigios y El laberinto de las aceitunas.

Tras elogiar sin cautelas a Mendoza, el académico añadió otros candidatos, Álvaro Pombo y Baltasar Porcel. También Pere Gimferrer, «un serio aspirante a nada que pasen diez años». La conversación aconteció en 1989, y Anhlund murió en 2012 con lo cual se extinguió su padrinazgo. Con todo, un premio nacional al padre de Gurb obliga a recordar que dejó de ser Nobel por voluntad propia, para no ser atosigado. Es la elección más corajuda y atinada que puede adoptar un gran escritor.

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