Opinión | Artículos de broma

Recuerdos de esa canción

El verano es la estación en que se siembran canciones de las que cosecharemos recuerdos. Al escritor Marcel Proust le desencadenó la memoria una magdalena porque en su infancia aún no se había inventado el gramófono; cuando murió, la radio balbuceaba y faltaban cuarenta años para que la música estuviera en todas partes, como hace ahora, contaminando el aire de derechos de autor. Ahora hay música en cualquier momento, como hay tomates todo el año, pero la estación de las canciones sigue siendo el verano, aunque —a diferencia del tomate— no dé en ella sus mejores frutos. En la atmósfera musical en que vivimos hay muchos ciegos disparando la pistola de las canciones sobre la multitud e hiriendo con recuerdos hasta cuando son dulces.

Las canciones se adhieren a los hechos y acaban siendo conservas de recuerdos. Un día te sirven una canción que tenías olvidada y sabe a un tiempo, a un acto, a una persona o a un grupo con una intensidad que te hace sentir en la cara el calor o la lluvia de aquel día. Los recuerdos son más verdaderos cuanto menos los evocas. A las canciones les sucede lo mismo: cuanto más las oyes a lo largo de la vida más se degrada la sensualidad del recuerdo, aunque se fije a fuego el dato. En las películas decían «sonaba nuestra canción», la que se pegó a los recuerdos en la suma de dos personas cuyo resultado fue una pareja.

Esa carga de memoria puede no tener sentido. Está en canciones que adoraste o detestaste, con melodías pegajosas o en letras sin significado para ti, pero estaban allí cuando sucedió y vuelven como testigos incómodos. Suenan y ese sonido te embarca en un viaje en el tiempo a la velocidad de la luz para que revivas, por un instante, una vida que ya moriste. Algunas personas, si sumáramos la letra de todas las canciones que recordamos y las convirtiéramos en un temario de oposición seríamos notarios y viviríamos mejor, con más dinero, menos trabajo y menos afectación de la memoria. En verano hay que proteger la piel del sol, el cuerpo del calor y el oído de las canciones que serán recuerdos.

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