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Opinión | Shikamoo, construir en positivo

Un plan para Palestina… sin los palestinos

En Oriente Próximo se viven hoy momentos de esperanza y cierta alegría contenida a raíz de la presentación y puesta en marcha del plan de paz para la zona recientemente anunciado, auspiciado por la administración Trump. Y es que no solamente para la población palestina, sino también para muchas personas en Israel, el camino del cese de las bombas y de las muertes masivas es el único que puede traer tanto la tranquilidad en el corto plazo como una posibilidad real de consolidación de una paz duradera. Pero para eso aún falta mucho. La idea es, por ahora, desactivar la barbarie, permitir la entrada urgente de ayuda humanitaria en la asediada franja de Gaza y así poder recuperar en el corto plazo a una población diezmada, desnutrida y lastimada. Todo ello y, además, preparar los mimbres para un entendimiento sólido y solvente, con la repatriación de los rehenes israelíes aún en poder de Hamás y la revisión de la situación de los presos palestinos, con la liberación de aquellos que cumplan las condiciones que se pacten.

Es en ese sentido que el referido plan es positivo. Muy positivo, sin duda, y en tal línea de pensamiento se ha manifestado buena parte de la comunidad internacional. Pero no podemos olvidar que tal propuesta surge directamente del entorno de una de las partes en conflicto, que ha venido manifestando desde hace tiempo tener intereses concretos para la zona, lejos de la visión multilateral necesaria para abordar este tipo de cuestiones. Esto hace que las interrogantes sean aún demasiadas, y también los riesgos y debilidades del plan. Se trata de una propuesta pensada para Palestina, pero sin contar con los palestinos por lo menos en estas fases iniciales, y permitiéndose relegar a los órganos de representación de los mismos hasta que unas hipotéticas y nada claras aún condiciones de futuro sean cumplidas. No hace falta pensar mucho para llegar a la conclusión de que tal cosa puede traer problemas a la larga, porque va en contra de los derechos de los pueblos en general y del pueblo palestino en particular —según diferentes resoluciones de Naciones Unidas desoídas y no puestas en práctica— y porque, consecuentemente, esto puede ser un factor de inestabilidad y de posible falta de adherencia a corto, medio o largo plazo a tal propuesta de paz.

Por otra parte, el plan contempla la entrada de una fuerza de pacificación que, a día de hoy, no está auspiciada ni respaldada desde Naciones Unidas. Es este organismo multilateral el que dio soporte y cobertura legal a misiones parecidas y acaecidas en contextos de conflicto en ocasiones pretéritas. Pero el plan propuesto para Palestina no contempla ni cómo articular todo esto ni quién y cómo lideraría tal tipo de misión. Una vez más, la apuesta por un imprescindible multilateralismo en el papel de arbitraje no está claro y hasta parece que ni está ni se le espera. Y esto viniendo de quien desprecia tanto a Naciones Unidas como a la propia OTAN —véase la diatriba contra España a cuenta de la organización atlantista— y de quien enarbola su contrastado poderío como instrumento de presunta legitimidad, mete un cierto miedo. ¿No?

Finalmente, llama la atención el hecho de que el plan hable de un directorio de notables al frente de todo esto en el que, una vez más, se pasa por alto el derecho de autodeterminación y autogobierno de los pueblos. Si, además, los notables son presididos por el propio Trump y ponemos a Tony Blair en ello, tal y como se ha especulado, ¿qué nos queda para dejar de sorprendernos? ¿Suena el conjunto a declaración de voluntades e intereses de una de las partes o a un equilibrado y verdaderamente meditado instrumento para la consecución de una paz duradera? Sinceramente, no lo sé… Pero, y termino como he empezado, ahora lo que toca es alegrarnos por el posible fin inminente de los bombardeos, tal y como reza el plan, y por la apertura de una ventana de acción humanitaria que se tendrá que emplear muy a fondo para que las consecuencias de la hambruna y el bloqueo no engrosen todavía más la horrorosa nómina de seres humanos aniquilados en torno a toda esta locura…

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