Opinión
¿Por qué tanta antipatía?
Ha vuelto la flotilla de Gaza. Muchos se alegran y se felicitan por lo que ha supuesto este viaje, cuyo objetivo era llevar ayuda humanitaria al pueblo de Gaza, aunque, tal como se sospechara, los barcos fueran interceptados antes de conseguirlo. A pesar de fracasar en la entrega de ayuda material, lo importante fue que se ayudó de otra manera: acercarse a la zona y mostrar cómo Israel es capaz de saltarse lo que haga falta con tal de impedir que ni un solo barco llegase a Gaza.
Mientras los deportados españoles volvían a casa eufóricos por haber conseguido la gesta, muchos ciudadanos se mofaban de ellos, argumentado que todo había sido un teatrillo de unos cuantos perroflautas a los que, ojo al comentario que oí yo mismo, habría que ponerles a trabajar a todos. Comentarios despectivos, muy hirientes algunos, extrañamente vejatorios, llenos de rencor y antipatía hacia esas personas que emprendieron con mayor o menor fortuna un arriesgado viaje cuyo resultado era impredecible, teniendo en cuenta que se provocaba a un ejército tan sanguinario como el de Israel.
Seguramente, a un gran número de observadores no les haya parecido bien el viaje, aunque no sé por qué tanto les ha molestado que algunos decidieran levantar el culo del sofá para enrolarse en una operación de tanto riesgo. He oído a algunos que se han quedado en casa diciendo que esta operación ha puesto en peligro la seguridad de la nación, es decir que la decisión de los activistas suponía un compromiso político para España. ¿Y qué? Nadie, salvo la sociedad civil, puede hacer una movilización como esta, precisamente porque son personas sin cargos, teóricamente sin ninguna orientación política, con el único objetivo de salvar vidas. Curiosamente, la administración española lanzó en agosto pasado unas 5.500 raciones de comida, y se criticó menos aquello de lo que se ha criticado ahora a la flotilla.
La verdad es que no entiendo tanta aversión y tanto rencor, seguramente es que a algunos estos activistas les molestan porque no son de su cuerda ideológica, y ya se sabe, la división de este país es cada vez más radical, tanto, que da mucha pena.
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