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Opinión | El mar alrededor

El momento de la mujer en Japón

Sanae Takaichi es la primera mujer elegida para liderar el partido del Gobierno en Japón y es firme aspirante a dirigir el país por primera vez en la historia, el Parlamento debería ratificarla hoy. El paso de gigante, en todo caso, ya está dado en un Japón conservador donde no hay precedentes de una lideresa tan poderosa en la política. Su elección evoca a las oportunidades que disfrutaron otras políticas en momentos críticos. Como fue el caso de Theresa May, que lideró el Reino Unido tras el batacazo del Brexit que se llevó por delante a David Cameron, o Kamala Harris, que asumió una candidatura a la presidencia de Estados Unidos contra reloj y con un clima político muy polarizado.

Japón arrastra una crisis inflacionista importante y necesita una terapia de shock, tras una etapa de fuerte inestabilidad y altísimo déficit público, que llaman a la instauración de medidas drásticas para la población.

El precipicio de cristal puede estar ahí, pero me gusta pensar que son las situaciones excepcionales las que ponen a prueba liderazgos y llevan a arriesgar apuestas, lo que en definitiva es una oportunidad para hacer palanca y cambiar el mundo con una buena sacudida. ¿Que la han catapultado para que se estrelle? En el proceso su nombre ha dado la vuelta al mundo, sus opciones son de fuego real en una contienda ideológica y tiene todo el derecho a fracasar, como lo han hecho durante generaciones numerosos líderes políticos masculinos. En todo caso su llegada al poder, si se consuma como todo apunta, puede convertir a Takaichi en una primera dama de hierro, como ya la llaman por sus guiños a las políticas de Margaret Thatcher, pero también por su pasión por Iron Maiden.

Las expectativas de Sanae Takaichi son especialmente importantes para la representación de la mujer en el poder en el país nipón, donde la sucesión al trono también está atascada por el veto a las mujeres, y el rol tradicional de las japonesas lucha por el cambio. Cada vez hay más mujeres que apuestan por la soltería, más mujeres en el mercado laboral, pero aun así Japón ocupa el puesto 118 de 148 en brecha de género en el índice del Foro Económico Mundial.

La cultura japonesa también presume de abanderar con el manga y el anime, fenómenos donde los personajes femeninos cada vez tienen más peso y aceptación. No en vano las aventuras de Frieren, una maga elfa, dominan el mainstream del género, y obras corales como Kimetsu no Yaiba, Gachiakuta o Chainsaw man han dado alas a las mujeres y sus capacidades, con roles más empoderados.

Takaichi puede no llevar la bandera feminista, pero se ha mostrado especialmente volcada en defender mejor atención médica a las mujeres y también su conciliación, al prometer medidas para compensar los cuidados familiares que tradicionalmente pesan sobre ellas. El avance ya es imparable y toda la sociedad se beneficiará de esta actualización política en el país del sol naciente, siempre en un complicado equilibrio entre la más apabullante modernidad y las costumbres más arcaicas.

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