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Opinión | Televisión y Mas

Pues no fue en directo

En la última edición del fesTVal de Vitoria, que tuvo lugar el pasado mes de septiembre, uno de las novedades que despertó más atención ante los medios fue el anuncio del inminente estreno del programa concurso Cuánto, cuánto, cuánto, un espacio de entretenimiento que pretendía recuperar las sensación de la televisión de los años 90 y, sobre todo, el espíritu del directo en un día como el sábado.

Muchos recordamos la fuerza de aquel reclamo que utilizó en sus primeros meses la versión española de la CNN, CNN Plus, firmando algunas de las crónicas de sus reporteros con el lema «Está pasando, lo estás viendo». Aquel fue un llamativo eslogan, que ahora quienes van de guais lo denominan clame, que queda más bonito, o, perdón, mas cool.

De entrada, cuando lo escuché ya me extrañó que un concurso tan complejo, con numerosos elementos y pruebas en un plató de esas características (como en su día mostraban El gran juego de la oca o el Qué apostamos) se emitiera en directo en la noche de un sábado en un canal público. Un programa debate con una gran mesa, dos megapantallas de vídeo y 15 micrófonos me cuadraba, pero una producción así… Bueno. Démosle una oportunidad, pensé, porque una producción firmada con el doble sello de El Terrat y Encofrados Encofrasa tenía todas las garantías. Y el pasado sábado se emitió el primero.

Pero el programa se emitió… grabado. Plof. Decepción. Primera bofetada en la cara; o primera mentira, para qué engañarnos, pues el gran reclamo de su anuncio en Vitoria aseguraba que el directo primaba por encima de todo lo demás. ¿El motivo? La presentadora nacida en Reus tenía la agenda ocupada no solo para el sábado del estreno, sino también para algunos de los posteriores. ¿Es grave? Para nada. Pero alguien debió preguntar antes de tirarse el pegote de vender el directo como reclamo.

Y además, después de verlo, me pareció un programa algo lento y, sobre todo, que desde el minuto uno de su emisión quedó absolutamente descompensado. ¿Por qué? Fácil. Eva Soriano reúne tanta fuerza presentando un show que cualquier persona que la acompañe en su tarea, en este caso Aníbal Gómez, debe atesorar, como mínimo, idéntica personalidad o potencia que la iguale. Y no. Eva se comió a su compañero, y el productor, la agenda de Eva. Buen provecho.

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