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Opinión

La nueva fe

No es nueva, pero iremos por pasos. La pasada semana coincidieron en mi escritorio La sociedad de la desconfianza, de Victoria Camps (Ed. Arpa), y Ambición moral, del nuevo gurú de moda Rutger Bregman (Ed. Empúries), con quien he tenido el privilegio de poder hablar. Leídos juntos, los dos libros son brújula. Camps se encarga del diagnóstico. Lo que nos ocurre en este mundo que está muy raro es que vivimos en un tiempo marcado por la sospecha. Desconfiamos de las instituciones, de los medios, de la ciencia, de los vecinos y casi de lo que ven nuestros propios ojos, o sin el casi. Camps advierte que la desconfianza es un círculo vicioso. Coge cuerpo, genera más fractura y llega a amenazar la convivencia.

Bregman, por su parte, es un tipo que fue invitado a Davos en 2019, cuando tenía 31 años, y denunció delante de los asistentes el gran problema que representa para la economía mundial la evasión de impuestos. «Los ricos no pagan su parte justa de impuestos», «veo que se habla de igualdad, participación, justicia y transparencia, pero casi nadie plantea el verdadero problema de la evasión fiscal. Uno se siente como si estuviera en una conferencia de bomberos y nadie tuviera permitido hablar sobre el agua». Al parecer no le han vuelto a invitar. En Ambición moral plantea que millones de personas que se sienten atrapadas en carreras profesionales sin sentido dejen de malgastar su talento y se impliquen en la solución de los grandes problemas del mundo, que conviertan sus ideales en su trabajo. Es una persuasiva guía práctica para idealistas. Dice que las sociedades deben recuperar la ambición de imaginar instituciones más justas e inclusivas, basándose en una idea nada nueva. Que la mayoría de personas son cooperativas y decentes. Jean-Jacques Rousseau dándose una vuelta por 2025.

Casi una religión, diría otro, con clavos atravesándole las palmas de las manos. Nada nuevo, solo que el humano siempre tropieza con la misma piedra. Contribuir, cooperar, ayudar y por último, confiar. Lo que viene después es vivir con esperanza, algo que dicen que es lo último que se pierde.

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