Todo lo que comemos y bebemos tiene un efecto directo en nuestra salud dental. Nuestros hábitos diarios afectan a nuestros dientes. Fumar, abusar del café o de las bebidas azucaradas tiene un efecto directo en nuestra dentadura. La aparición de manchas amarillentas o grisáceas en los dientes es un problema estético que alerta del desgaste prematuro del esmalte. Si bien existen muchos tratamientos odontológicos profesionales que son los más recomendables para lucir una sonrisa blanca y brillante, también puedes recurrir de vez en cuando a algunos remedios caseros que tienen como protagonista el bicarbonato.

El bicarbonato de sodio elimina residuos y manchas, motivo por el cual se usa también para blanquear ropa, suelos y objetos varios pero eso no significa que no sea peligroso para los dientes, ya que es precisamente su carácter abrasivo el que lo convierte en un producto con el que debemos vigilar porque si se usa en grandes cantidades, puede dañar el esmalte, causar mucha sensibilidad y perjudicar nuestra salud bucal de forma permanente. Siempre es recomendable acudir a un profesional que nos guie en los tratamientos a seguir pero, estas son las opciones a las que puedes recurrir para un blanqueamiento puntual en casa:

Bicarbonato de sodio y agua

Este es el método más recurrido. Solo tienes que mezclar una cucharada de bicarbonato con agua fría y remover hasta crear una pasta homogénea. Cuando esté lista, sumerge tu cepillo de dientes en ella y cepíllate los dientes durante dos minutos con suavidad. Luego, enjuágate la boca y lávate los dientes como lo haces habitualmente.

Es la opción más segura a la hora de usar este producto, ya que se trata de una mezcla inofensiva.

Bicarbonato de sodio y limón

El limón también es un potente aclarador natural ideal para reducir el sarro y tener un aliento agradable y fresco. Mezcla el zumo de medio limón con una cucharada de bicarbonato de sodio. Cepilla tus dientes con esta mezcla pero ten en cuenta que el limón también es un ingrediente abrasivo, de modo que no utilices grandes cantidades para este remedio casero y úsalo solo un par de veces a la semana.

Bicarbonato de sodio y fresa

Las fresas contienen ácido málico, una enzima natural ideal para mantener un color saludable en los dientes. Solo tienes que triturar una fresa madura, colarla para retirar las semillas y mezclarla con una cucharada de bicarbonato. Humedece tu cepillo de dientes en esta pasta y limpia tus dientes con ella durante un par de minutos. Enjuaga la boca y finaliza realizando un cepillado de dientes normal.

Bicarbonato de sodio y aceite de árbol de té

La aplicación de aceite esencial de árbol de té sobre las piezas dentales ayuda a prevenir la placa bacteriana y las infecciones que provocan el mal aliento. Mezcla una cucharada de bicarbonato con 5 gotas de aceite esencial de té. Lávate los diente durante dos minutos y enjuágate bien la boca

Además de estos remedios, existen productos naturales mucho más seguros e inofensivos para mejorar la apariencia de tu boca como la mezcla de aceite de coco y cúrcuma. Lo único que tendrás que hacer para hacerte con esta pasta es:

  1. Calienta un poco de aceite de coco para que quede completamente líquido.
  2. Mezcla una cucharada de aceite de coco y una cucharadita de cúrcuma en polvo.
  3. Remueve durante un par de minutos hasta que se cree una mezcla homogénea.
  4. Moja tu cepillo de dientes en agua, introdúcelo en la mezcla y, con cuidado, procede a cepillar tus dientes de forma habitual durante un par de minutos.

Lo bueno de este remedio casero es que podrás utilizarlo cada día, ya que no solo se trata de una solución segura que no perjudica tus dientes sino que, además, ambos ingredientes cuentan con  propiedades antisépticas y antibacterianas que cuidarán de tus encías, de tu lengua y de tu salud bucodental en general.

Te aconsejamos no lavar tus dientes con bicarbonato de sodio de forma regular, sino hacerlo como máximo dos veces a la semana, pues su acción abrasiva puede ser perjudicial para tu salud bucodental.