Perder peso no siempre es fácil y suele estar condicionado por muchos factores. Cada persona pierde peso a un ritmo diferente y en ello influye el estilo de vida, actividad física, el historial de peso o, en definitiva, la naturaleza de la persona. Es importante tener en cuenta que siempre que hablemos de perder peso, tenemos que acudir a especialistas para que nos guíen en nuestros objetivos. Además, también puedes prestar atención a estos consejos que te puede ser útiles para alcanzar tus objetivos sin tener que hacer grandes sacrificios.

No pasar hambre

El hambre conduce a conductas compulsivas Pexels

La restricción calórica no tiene por qué implicar pasar hambre si la organización de los hábitos y la planificación de las comidas se hace correctamente.

Otra recomendación es incluir alimentos saciantes en la dieta: Tener hambre genera ansiedad y ésta invita a comer de forma desordenada alimentos poco recomendables como son: procesados (altos en grasas, azucares, sodio y aditivos) y alcohol. Ambos son tóxicos y adictivos, por lo que es muy difícil perder el hábito de darse el capricho.

Aprender a decir "no"

La comida fresca siempre será la más sana Pexels

Un índice de grasa alto o bajo influirá de forma directa en el ritmo de pérdida de peso, por eso adquirir hábitos sanos será determinante en el adelgazamiento. Un pequeño cambio en un hábito puede acarrear grandes resultados, incluso a hacer un déficit calórico sin la necesidad de hacer dieta.

Los macronutrientes primero

Los macronutrientes pueden ser la base de la dieta Pexels

Los macronutrientes son aquellos que proporcionan la mayor parte de energía al cuerpo, por eso debe priorizarse la toma de proteínas y carbohidratos complejos como hortalizas, granos integrales, legumbres y vegetales.

Lo más recomendable es que un nutricionista elabore una dieta personalizada para la persona que va a hacer la dieta y haga coincidir el régimen con una rutina de ejercicio.

Rutinas realistas

Es conveniente que los cambios sean pequeños y se conviertan en habitos Pexels

La planificación de los menús con alimentos naturales para una dieta equilibrada es fundamental, pero también generar rutinas compatibles con el estilo de vida y el día a día de las personas.

Todos aquellos cambios que se vayan a incorporar en la vida de las personas de forma permanente no debe costar demasiado demasiado llevarlos a cabo.

Ni una dieta con platos muy elaborados ni un ejercicio muy intenso o que no guste al deportista. Lo que prima es convertir los cambios en hábitos.

Ejercicio físico

El ejercicio físico debe planificarse y convertirse en un hábito para mantener la salud y mejorar el bienestar Pexels

Dado que se trata de reducir calorías, incrementar la actividad física nos puede ayudar a hacerlo y puede ser el complemento perfecto.

Igual que sucede con los menús, conviene organizar por días o fases el ejercicio que se realizará a la semana.

Para aumentar el gasto calórico existen varias propuestas interesantes:

  1. Aumentar la frecuencia de entrenamiento. Incrementar 1 o 2 sesiones semanales más de las que ya hacíamos antes.
  2. Aumentar la duración de las sesiones de entrenamiento. Por ejemplo si hacíamos una hora, intentar alargar a hora y media.
  3. Aumentar la dificultad de los ejercicios, incrementando la intensidad o, lo que es lo mismo, incrementando la carga, el número de series y repeticiones o la velocidad de ejecución.

Combinar sesiones de fuerza (con pesas, máquinas o nuestro propio peso corporal) con cardio de alta intensidad o HIIT al finalizar la sesión es un acierto.

Maneras de quemar calorías

Caminar a paso rápido entre 30 y 40 km al día es un ejercicio fácil y eficaz Pexels

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El nombre técnico es NEAT, "non-exercise activity thermogenesis" y engloba todas las acciones que realizamos al día a día. Éstas no se consideran actividades deportivas como tal pese a que requieran un esfuerzo físico, eso sí basta con incrementarlas un poco para obtener resultados rápidos: 

  1. Caminar o montar en bici. Es recomendable sustituir algunos de los trayectos en coche por caminatas. O salir a pasear 30 o 40 minutos al día.
  2. Subir las escaleras.
  3. Al hacer la compra, volver andando a casa.
  4. Hacer las tareas domésticas.
  5. Siempre es mejor quedarse de pie que sentarse.