El exceso de café o tóxicos como el alcohol (importante excitante cardiaco), cocaína o anfetaminas, con frecuencia producen palpitaciones que en no pocos casos se traducen en alteraciones del ritmo claramente patológicas.

Para evitarlas, trate de poner en práctica técnicas de relajación (yoga, taichí), así como practicar con regularidad un mínimo de ejercicio físico.

La sensación de percibir un cambio en el ritmo de nuestro corazón es una de las causas más frecuentes de consulta en cardiología.

¿Qué se siente cuando tienes palpitaciones?

Podemos definir las palpitaciones como la percepción desagradable de los latidos cardiacos, que pueden o no acompañarse de sensación de golpeteo en el pecho, garganta o cuello. Usted puede sentir como si los latidos saltaran o se detuvieran.

Pero esa sensación no necesariamente significa una alteración en el ritmo normal de su corazón.

En ocasiones, las personas también expresan sensación de latidos cardiacos omitidos, o de vacío en el pecho que cede rápidamente y no tiene importancia alguna:

  • Son los denominados extrasístoles (un latido llega demasiado pronto, extrasístole-latido prematuro) y posteriormente a los mismos, el corazón tarda un poco más antes de generar el siguiente latido (a este retraso se le llama pausa compensadora).

Y puede percibir el latido después de la pausa porque éste suele ser un poco más intenso que el latido normal.

Existen ciertos contextos en donde el hecho de presentar palpitaciones no suele traducirse en la existencia de una enfermedad cardiaca grave, sobre todo si no se conocen antecedentes en este sentido y usted es, por lo demás, una persona sana.

Ejemplos de ello son:

  • Las palpitaciones que se presentan de forma muy ocasional (menos de una vez al año)
  • Las asociadas con emociones fuertes (en positivo o en negativo)
  • En situaciones de fiebre
  • También es frecuente sentir el latido vigoroso del corazón a partir de un determinado esfuerzo físico, si no se acompaña de ningún otro síntoma.

Insistimos, además, en que el exceso de café o tóxicos como el alcohol (importante excitante cardiaco), cocaína o anfetaminas, con frecuencia producen palpitaciones que en no pocos casos se traducen alteraciones del ritmo claramente patológicas.

Hay que destacar que también ciertas pastillas ‘milagrosas’ utilizadas para adelgazar, con frecuencia presentan de manera más o menos encubierta algún producto (como tiroides o excitantes varios) que pueden provocarnos palpitaciones.

Preguntas para conocer los antecedentes

Al consultar con el médico, lo más habitual es que en primer lugar nos haga una historia clínica para conocer nuestros antecedentes de salud más relevantes (que alguno, aunque no lo relacionemos, podría estar implicado en las palpitaciones). Nos realizará una serie de preguntas de cara a intentar perfilar el origen y la repercusión de las palpitaciones. Entre ellas podemos destacar por su relevancia:

  • ¿Con qué frecuencia se presentan? (a diario, una vez al año, solo los días laborables).
  • ¿Siente usted algún otro síntoma cuando se presentan las palpitaciones como mareo, nausea, dolor de pecho o fatiga?; ¿nota sudoración importante?; ¿se ha desmayado alguna vez tras sentir las palpitaciones?
  • ¿Existe alguna situación que favorezca su aparición y, al contrario, en caso de presentarse puede usted hacer algo que claramente le alivie?
  • ¿Presentan un patrón temporal? (en ciertos momentos del día como durante el sueño o en la siesta).
  • ¿Siente usted durante los episodios su pulso rápido? ¿le parece que sigue un cierto ritmo o no puede precisar?; ésta posiblemente sea de las respuestas más difíciles pues a veces el nerviosismo que se produce no permite responder con certeza.
  • Una pregunta fundamental es si comenzaron y terminaron de forma súbita o por el contrario no puede precisar con claridad un momento concreto en su inicio y desaparición.

Exploración

Finalmente le realizarán una exploración física (toma de pulsos en diferentes localizaciones, (no nos debe extrañar que se detenga especialmente en observar las pulsaciones en el lado derecho del cuello), auscultación cardiaca y pulmonar y toma de tensión arterial, por reseñar la exploración más elemental.

También le realizará un electrocardiograma.

Una vez vistos por el cardiólogo los hallazgos obtenidos en la historia y exploración física, es muy posible que se dé por satisfecho y considere que no son necesarias exploraciones ni pruebas adicionales, ya que no se objetiva causa alarmante en relación con las palpitaciones.

En ese caso, lo aconsejable es que no preste demasiada atención a las mismas, intente evitar algún factor de los comentados que pudiesen favorecer su aparición, y trate de poner en práctica técnicas de relajación (yoga, taichí), así como practicar con regularidad un mínimo de ejercicio físico.

En qué casos hay que ir con urgencia al médico

Si a pesar de haber realizado una historia y exploración física detallada, así como un electrocardiograma, todavía persistiesen dudas en cuanto a su origen o diagnóstico, el cardiólogo puede recurrir a exploraciones más sofisticadas, como:

  • Un electrocardiograma durante 24-48 horas (holter-ECG)
  • Un ecocardiograma

Y ambos orientarán hacia el diagnóstico definitivo e incluso harán recomendable el tratamiento de alguna cardiopatía que pueda encontrarse implicada en los episodios de palpitaciones.

Finalmente reseñar, aunque de forma somera, que existen situaciones que de encontrarse presentes en un paciente con palpitaciones demandarían atención urgente.

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Entre ellas figuran:

  • Desorientación, pérdida de lucidez mental, pérdida del conocimiento.
  • Dificultad para respirar / falta de aire.
  • Dolor o presión en la zona del pecho.
  • Mareo, nausea-vomito o sudoración profusa (literalmente como si hubiera usted terminado de ducharse, no “un poco de sudor”).