Según datos de un estudio masivo que acaba de publicarse, las infecciones por SARS-CoV-2, aunque sean leves, parecen aumentar la probabilidad de que una persona desarrolle diabetes.

Se trata de una investigación recogida en la revista Nature y que ha sido originalmente publicada en The Lancet Diabetes & Endocrinology.

En ella, con una muestra de casi 200.000 personas, han comprobado que un número creciente de pacientes están siendo diagnosticados de diabetes meses después de haber pasado la enfermedad. 

Hasta un año después y aunque la infección haya sido leve.

La preocupación de estos datos se viene a sumar a otras enfermedades crónicas que están apareciendo como consecuencia de la COVID, hasta el punto de uno de los coautores del estudio, Ziyad Al-Aly, afirma: 

"Cuando toda esta pandemia retroceda, nos quedaremos con un legado de enfermedades crónicas para las que no están preparados los sistemas de atención médica”.

De momento, lo que sí parece importante es que las personas que han pasado la COVID-19, aunque sea leve, controlen sus niveles de azúcar y lo hablen con su médico de cabecera.

No es la primera consecuencia preocupante

El estudio ha consistido en el análisis de los registros médicos de más de 180.000 personas que habían sobrevivido más de un mes después de contraer la COVID-19. 

Compararon esos datos con los registros de dos grupos, cada uno de los cuales comprendía alrededor de cuatro millones de personas que no habían sido infectadas por el SARS-CoV-2. 

Es un método muy similar al que los autores ya habían utilizado para demostrar que la COVID-19 aumentaba el riesgo de enfermedad renal y de insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular, tal y como publicaron a primeros del mes de febrero.

Pues bien, ahora, en este nuevo análisis, encontraron que las personas que habían padecido COVID-19 tenían aproximadamente un 40% más de probabilidades de desarrollar diabetes hasta un año después, en comparación con los grupos de control. 

Eso significa que de cada 1.000 personas estudiadas en cada grupo, en el de los que habían pasado la COVID-19 fueron diagnosticadas con diabetes 13 personas más. 

Y casi todos los casos detectados fueron diabetes tipo 2, en la que el cuerpo se vuelve resistente o no produce suficiente insulina.

Cuanto más grave la COVID-19, mayor riesgo

El riesgo observado no es el mismo para todos, y la posibilidad de desarrollar diabetes aumenta según fue mayor la gravedad de la COVID-19. 

Las personas que llegaron a estar hospitalizadas o ingresadas en Unidades de Cuidados Intensivos han mostrado aproximadamente el triple de riesgo de desarrollar una diabetes.

Pero las personas que pasaron infecciones leves y sin factores de riesgo previos para la diabetes, también han mostrado mayores probabilidades de desarrollar la afección crónica. 

En datos concretos:

  • En las personas que pasaron la enfermedad leve, 8 adicionales de cada 1000 estudiadas habían desarrollado diabetes un año después, en comparación con las personas que no estaban infectadas. 
  • Las personas con un índice de masa corporal alto, algo de obesidad y algún factor de riesgo considerable para la diabetes tipo 2, mostraron más del doble de riesgo de desarrollar diabetes después de haber estado infectados por SARS-CoV-2.

Son cifras muy altas

Es posible que las cifras no suenen exageradamente preocupantes para cualquier lector. Pero sí que lo son.

Porque como dice Jonathan Shaw, epidemiólogo del Baker Heart and Diabetes Institute en Melbourne, Australia:

  • “Si tenemos en cuenta la enorme cantidad de personas que en el mundo han estado infectadas con el coronavirus (480 millones de casos confirmados, y subiendo), el riesgo de diabetes visto en este estudio correspondería a un aumento enorme de esta enfermedad en todo el mundo.

Los hallazgos podrían no ser extrapolables

Queda la esperanza de que el estudio está realizado sobre estadounidenses que en su mayoría eran hombres blancos y mayores. 

Y por eso, los datos podrían no ser extrapolables al mundo.

Porque muchos individuos de la muestra tenían presión arterial elevada y sobrepeso, lo que ya los colocaba como población de alto riesgo para desarrollar diabetes.

Y eso no ocurriría igual con población joven

También es importante tener en cuenta que a las personas que se les hizo el estudio no se les sometió a una prueba, por lo que existe la posibilidad de que una parte de ellos haya tenido la COVID-19 sin que se sepa. Y eso también sesgaría los resultados del estudio.

¿Cuál puede ser la causa?

En estos momentos, se desconoce qué puede estar motivando este incremento de casos de diabetes en pacientes de coronavirus, hasta un año después de la enfermedad y aunque la hayan pasado leve.

Al principio de la pandemia, los investigadores expresaron su preocupación de que el SARS-CoV-2, al igual que otros virus, pudiese dañar las células del páncreas que producen insulina, y desencadenar la diabetes tipo 1.

Pero los datos sobre un vínculo entre la infección por SARS-CoV-2 y los casos recién diagnosticados de diabetes tipo 2 siguen sin estar claros. 

Varios estudios no han encontrado evidencia de que la enfermedad esté causando un aumento en los casos de diabetes tipo 1 en adultos jóvenes o en niños. 

Y un estudio de laboratorio publicado en febrero también cuestionó la idea de que el SARS-COV-2 destruya las células pancreáticas productoras de insulina.

Así que aunque los datos que tenemos hasta el momento no son buenos, la pregunta continúa en fase de investigación.