España ya ha dicho adiós a las mascarillas. Solo continúa siendo obligatoria en determinados espacios: hospitales, transporte público y farmacias.

Así que después de más de dos años, vamos dando pasos a la tan ansiada antigua normalidad con costumbres pre-pandemia. Y una de ellas son los dos besos en la mejilla al saludar. 

En nuestro país, la forma más común de presentarse ante un desconocido, a parte de sonreír y decir el nombre, es dando dos besos. Esto solo ocurre en unos pocos países como España, Italia y algunas zonas de Grecia.

En el resto del mundo el apretón de manos es el saludo por excelencia, que en España, sin embargo, queda reducido a situaciones muy concretas.

Con la llegada del coronavirus, y la puesta en marcha de medidas para evitar el contagio, chocar los codos se convirtió en una nueva forma de saludar, pese a que la Organización Mundial de la Salud también lo desaconsejó. El motivo es que impedía mantener la distancia de seguridad. Y quizás por eso acabamos chocando los puños.

Pero su recomendación era todavía más austera y se limitaba a que nos llevásemos la mano al corazón.

Pero ahora, con el fin de las mascarillas en los espacios cerrados, se ha reabierto el debate:

  • ¿Cómo debemos saludarnos entre no convivientes? ¿Dos besos? ¿Apretón de manos? ¿Adoptar la reverencia nipona?

La boca, un caldo de cultivo de bacterias

Según un estudio de la Organización de Investigación Científica Aplicada (TNO) de Holanda, publicado en la revista científica Microbiome, un beso en la boca de tan solo diez segundos de duración transfiere 80 millones de bacterias.

Diferente cuando se trata de parejas habituales, ya que en ese caso los investigadores han comprobado que comparten la mayoría de las bacterias presentes en la boca. Y ello es debido a que la microbiota salival (los gérmenes presentes en las glándulas salivales) se vuelve similar entre aquellas personas que se dan una media de nueve besos al día en la boca.

La explicación, hace hincapié el estudio, es el estilo de vida.

Si son convivientes, apuntan, acostumbran a tener una dieta similar y unos hábitos de higiene bucodental muy parecidos. 

Un solo bello transfiere millones de bacterias Freepik

Un tema importante porque, como señala el autor principal, Remco Kort:

  • "Los besos con contacto completo de las lenguas e intercambio de saliva parecen ser una conducta de cortejo exclusiva de la humanidad, pero es común en más del 90% de las culturas".

Pero pese a que la cantidad de bacterias que se pueden transmitir con tan únicamente un beso de unos pocos segundos puede generar una gran sorpresa, es una cifra relativamente baja si la comparamos con el número total de microorganismos que hay en la saliva: 1.200 millones. 

Hablamos todo el tiempo de besos apasionados en la boca.

En el caso de los típicos dos besos en las mejillas, los datos confirman que pueden aumentar considerablemente el riesgo de contagiarse de un virus que, hasta el fin de los tapabocas, se habían convertido en residuales.

Estamos hablando de enfermedades respiratorias, como los constipados o la gripe, que ha reaparecido de forma inusual durante esta primavera. 

De acuerdo a los datos del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), el año pasado solo se registraron doce casos de gripe en España. Pero desde finales del mes de enero, la tasa de positividad ha aumentado progresivamente hasta alcanzar el 41% en los últimos días de marzo.

¿Es mejor dar la mano?

Muchos pueden pensar que estrecharse la mano no tiene relación con la trasmisión de bacterias, pero se equivocarían.

Un estudio de la Universidad de Colorado estima que en nuestras manos hay una media de 3.200 bacterias de 150 especies diferentes. Eso sí, está demostrado que, por ejemplo, el coronavirus no se contagia por contacto con superficie. La evidencia científica ha dejado claro que la única vía de transmisión del virus es a través de aerosoles.

La investigación también señala que las mujeres "tienen un número mayor de microorganismos en las palmas de las manos que los hombres".

Y según indica uno de los autores, el profesor Noah Fierer:

"La gran cantidad de bacterias detectadas en las manos de los participantes del estudio fue una gran sorpresa, al igual que el mayor número que encontramos en las manos de las mujeres"

“El estudio también muestra que la diversidad de bacterias en las manos no se vieron significativamente afectadas por el lavado regular de manos”.

"Pero la gran mayoría de las bacterias no son patógenas, y algunas de ellas incluso protegen contra la propagación de los propios patógenos".

Los besos se están instaurando después de la pandemia CLose-up image of hands of woman reassuring her boyfriend

Por todo esto, tal y como especifica otro de los autores de la investigación, Rob Knight: "desde el punto de vista de la salud pública, lavarse las manos regularmente tiene un efecto muy positivo".

Y, es que, poco a poco están volviendo los besos tras la pandemia. Pero, pese a lo que podíamos creer, un simple apretón de manos puede transmitir más bacterias que un beso (aunque no signifique el contagio de una enfermedad). Y esto se debe a que con nuestras manos hacemos de todo: intercambiar billetes y monedas, tocar barandilla o abrir una puerta.