Todos hemos visto alguno de los numerosos anuncios que la DGT ha realizado en los últimos años. Campañas de gran impacto donde tratan de hacerlos conscientes de los peligros de algunas actitudes ante el volante. 

Pues algo parecido se debería hacer con las enfermedades circulatorias si tenemos en cuenta los datos que se facilitan desde Cardioalianza -entidad que agrupa en España a más de 50 organizaciones de pacientes con enfermedad cardiovascular-. 

En el año 2019 fallecieron 1.755 personas en accidentes de tráfico en España. Ese mismo año, 116.215 personas fallecieron a causa de una enfermedad cardiovascular en nuestro país. 

Cuando hablamos de enfermedades cardiovasculares hacemos referencia a muchos tipos desde el infarto o la cardiopatía isquémica, hasta el tromboembolismo pulmonar.

  • "No somos conscientes de ello, pero las enfermedades circulatorias matan casi 70 veces más que los accidentes de tráfico”, señala Maite San Saturnino, presidenta de Cardioalianza.

Unas cifras que contrastan con una realidad, y es que la gran mayoría de las enfermedades relacionadas con el corazón son evitables.

El 24% de las muertes en España son por enfermedades cardiovasculares unknown

El 24% de las muertes en España son por enfermedades cardiovasculares

Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte en el mundo y también en España, donde son las responsables del 24,3% del total de defunciones (tasa de 253,1 fallecidos por cada 100.000 habitantes).

Un número superior al de los tumores, que representan un 22,8% de las muertes, y al de las enfermedades infecciosas que, aun incluyendo a la COVID-19, representan el 16,4% del total de defunciones.

Muertes que se pueden evitar

En el origen de las enfermedades cardiovasculares aparece una combinación de distintos factores de riesgo. De ellos, los relacionados con los hábitos de vida tienen un componente muy claro en estas patologías. Hablamos de:

  • Dietas poco saludables
  • Sedentarismo
  • Consumo de tabaco
  • Ingesta de alcohol. 

Estos factores conductuales pueden manifestarse en las personas a lo largo del tiempo en forma de hipercolesterolemia, hipertensión o diabetes (factores de riesgo metabólicos). Y tener varios factores de riesgo multiplica el riesgo de sufrir un evento cardiovascular.

En esta línea, son varios los estudios que demuestran que la prevención de la enfermedad cardiovascular mediante diversas estrategias de modificación del estilo de vida y farmacológicas funcionan. 

De hecho, más del 50% de la reducción de la mortalidad cardiovascular se relaciona con la modificación de los factores de riesgo y el 40% con la mejora de los tratamientos.

Los expertos recomiendan realizar 30 minutos de ejercicio al día.

¿Cómo podemos cuidar la salud de nuestro corazón?

Para cuidar la salud de nuestro corazón es fundamental llevar un estilo de vida saludable a través de la práctica regular de actividad física y una alimentación equilibrada y baja en grasas.

En cuanto a la actividad física, los expertos recomiendan realizar 30 minutos de ejercicio al día. Con esto podemos ayudar a prevenir y controlar las enfermedades no transmisibles, entre las que destacan:

  • Enfermedades cardíacas
  • Accidentes cerebrovasculares
  • Diabetes
  • Varios tipos de cáncer. 

Pero no solo eso. Practicar ejercicio físico de forma habitual ayuda a prevenir la hipertensión, a mantener un peso corporal saludable y mejorar la salud mental, la calidad de vida y el bienestar general, según señala la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

Además, se ha visto que una pauta normal de actividad, de entre 150 y 300 minutos a la semana:

  • Reduce un 40% la mortalidad por enfermedad cardiovascular
  • Y casi un 30% la del cáncer.

Si de alimentación hablamos, es importante reducir el consumo de sal, azúcares y grasas de origen animal y, por el contrario, potenciar el consumo de frutas, verduras, productos integrales, legumbres y pescados. 

Hay factores de riesgo como la predisposición genética o los agentes contaminantes que lamentablemente no podemos controlar

Un ejemplo de dieta equilibrada y cardiosaludable es, precisamente, la dieta mediterránea que, sin restricción de energía y suplementada con aceite de oliva virgen extra o una combinación de frutos secos, ha demostrado conseguir reducir en un 30% el riesgo de sufrir un primer evento cardiovascular. 

En este sentido, la OMS catalogó la dieta mediterránea como una dieta protectora ante la aparición de diferentes enfermedades, entre ellas, las cardiovasculares y diferentes comorbilidades.

Como destaca Maite San Saturnino:

"La práctica de actividad física diaria y una alimentación sana nos ayuda a sentirnos más enérgicos y a tener un mayor bienestar físico en nuestro día a día"

"Hay cosas sencillas que podemos integrar en nuestro día a día y que contribuyen a mantenernos jóvenes y a disminuir el riesgo de aparición de enfermedades, como por ejemplo ir al trabajo a pie o en bicicleta, prepararse la comida en casa... 

Hay factores de riesgo como la predisposición genética, los agentes contaminantes, etc. que lamentablemente no podemos controlar, pero el hacer ejercicio de forma regular y seguir una alimentación saludable está en nuestras manos, depende de nosotros mismos"