Cuando ya estábamos convencidos de que la COVID era historia pasada, y no dedicamos ni un minuto a pensar en el coronavirus aquel que nos amargó la vida los últimos años… aparecen los científicos y vuelven a encender las señales de alarma.

  • "Podemos decir con certeza que algo viene. Probablemente se avecinan varias cosas", comenta el profesor de la Universidad de Basilea, Cornelius Roemer.

No es una frase que dé muchas pistas, pero la realidad es que varios estudios han encontrado datos preocupantes que avisan de nuevas cepas altamente "inmunoevasivas" que podrían causar grandes olas de COVID-19 durante los próximos meses de otoño e invierno.

Como dice Emma Hodcroft, de la Universidad de Berna, en la prestigiosa revista Science:

  • "El SARS-CoV-2 se está enfrentando al mismo desafío al que cada año se enfrentan la gripe o el resfriado común: Cómo volver a hacerse un hueco. Y estamos viendo cambios que ayudan al virus a evadir las respuestas inmunitarias".

 Subvariantes de ómicron

Todos recordamos cómo a finales de 2021 apareció en escena la variante ómicron provocando una lluvia de contagios como probablemente jamás habíamos visto.

Por suerte su letalidad fue baja, y el impresionante número de contagiados no se relacionó con un gran incremento en el número de muertes.

Pero ahora llegan sus mutaciones.  

Las subvariantes de aquella ómicron ya están aquí, y los primeros estudios indican que son todavía más contagiosas. 

Las nuevas sub variantes de ómicron ya están aquí, y son una amenaza

Apunten estos nombres: BA.2.75.2 y BQ.1.1

Si la cepa de ómicron que ha dominado el mundo con discreción en los últimos meses es la BA.5, ahora resulta que una nueva mutación, la BA.2.75.2, parece estar extendiéndose rápidamente en la India, Singapur y algunas partes de Europa. 

Y no es la única. Otra cepa con el mismo origen y también una gran capacidad de evadir la inmunidad, la BQ.1.1, se ha detectado ya en varios países del mundo.

Son dos nuevas cepas con combinaciones similares de evolución y una capacidad sorprendente de evitar la inmunidad.

Sus cambios, según los primeros análisis, afectan a cómo “se enfrenta” el virus a los anticuerpos neutralizantes que nuestro cuerpo ha generado gracias a la vacunación o a una infección previa.

Y de momento, los experimentos realizados para ver como los anticuerpos monoclonales pueden bloquear a estas variantes para que no infecten las células, no han salido bien.

Investigadores en China y Suecia han descubierto que la proteína espiga de BA.2.75.2 puede evadir de manera efectiva casi todos los anticuerpos monoclonales utilizados para tratar la COVID-19.

Y la consecuencia más preocupante, de confirmarse esta impresión, sería que estos tratamientos podrían volverse inútiles.

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"La variante más resistente que jamás hayamos evaluado"

También encontraron que BA.2.75.2 parece muy buena para evadir todo tipo de inmunidad en humanos. 

Así lo recogen en un artículo publicado hace una semana en bioRxiv, que todavía no ha sido revisado por pares y cuyas conclusiones no son muy optimistas.

El estudio, liderado por Ben Murrell, se realizó en el Instituto Karolinska de Suecia con muestras de suero de 18 donantes de sangre en Estocolmo.

Los datos reflejaron que los anticuerpos por infecciones previas o vacunación tuvieron una efectividad para neutralizar la variante BA.2.75.2 seis veces menor que contra BA.5.

Una realidad que ha llevado al virólogo de Karolinska, Daniel Sheward, a asegurar:

  • "Esta es la variante más resistente que jamás hayamos evaluado".

Estudio en la Universidad de Pekín

Algo muy similar encontraron en la Universidad de Pekín.

El estudio analizó muestras de sangre de 40 personas que habían sido vacunadas con tres dosis de CoronaVac, una vacuna hecha con virus inactivados, y 100 más que habían sido vacunadas y luego tuvieron infecciones con alguna de las cepas anteriores, como BA.1, BA.2 o BA.5.

Pues bien, el equipo liderado por el inmunólogo Yunlong Richard Cao encontró que BQ.1.1 muestra una capacidad igualmente sorprendente para evadir los anticuerpos.

Y en su investigación, publicada el 23 de septiembre como preimpreso, Cao y sus colegas informan que estos hallazgos podrían presagiar una nueva ola masiva, hasta el punto de afirmar que:

  •  "Nunca antes se había visto una escala de evasión inmune tan grande. Y el virus sigue evolucionando rápidamente". "Es muy malo."

Contagio y gravedad no son necesariamente lo mismo

La situación es que casi todos los científicos coinciden en afirmar que debemos esperar muchas infecciones en los próximos meses, como sucedió el invierno pasado cuando ómicron entró en escena. 

Pero, de momento, la mayoría son menos pesimistas que Cao, y señalan que la gravedad esperada no tiene por qué ser elevada.

Su consoladora frase dice:

"No creo que hayamos vuelto al punto de partida".

Y la explicación que dan es que en la actualidad hay un alto porcentaje de personas que se han recuperado de la COVID-19 o han recibido dosis adicionales de vacunas que aumentarán los niveles generales de anticuerpos.

vacunas covid 1

¿Son buenas las vacunas que acaban de empezar a ponerse?

Esta semana hemos comenzado en España a poner el segundo refuerzo de la vacuna, que en su primera fase inyectará 10 millones de dosis con las versiones actualizadas de Pfizer y Moderna.

Están aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y además de ser útiles frente a las formas iniciales del SARS-CoV-2, están adaptadas para proteger frente a la subvariante de ómicron BA.1.

Por eso ofrecen una protección más amplia que las anteriores, y aunque las versiones actualizadas frente a la variante circulante BA.5 llegarán en un mes, todas son más que recomendables.

Poner las nuevas dosis sigue siendo una buena idea, "porque si bien es verdad que las dosis de refuerzo siempre están algunos pasos por detrás, el refuerzo BA.5 estará mucho más cerca de la evolución del virus que los anteriores".

Por todo ello, la mayoría de los científicos son pesimistas con el contagio pero confían en que mantengamos la protección contra la versión grave de la enfermedad.

Y en cualquier caso, no tardaremos en saberlo. 

La próxima ola, que en España será la octava y que se da por segura, proporcionará las pistas necesarias para saber qué va a ocurrir.

Como dice Murrell a Science: "Creo que vamos a aprender mucho este invierno".