PSIQUIATRÍA

¿Qué es el trastorno bipolar, la enfermedad que como media se tarda 12 años en diagnosticar?

El trastorno bipolar es un trastorno del estado de ánimo que provoca que el paciente experimente momentos extremos de euforia (episodio maníaco) y de depresión

Hablar de depresión o ansiedad, de que se está yendo a terapia o que estamos con un tratamiento farmacológico para mejorar nuestra salud mental, es algo que se está normalizando. 

Pero todavía son muchos los trastornos mentales que siguen estigmatizados.

¿La razón? Fundamentalmente el desconocimiento absoluto que se tiene de ellos.

Y uno de los grandes desconocidos es la bipolaridad. 

Pero el problema no es sólo el desconocimiento, sino también la estigmatización.

El doctor Xavier Fábregas, director médico y fundador en Clínica Mas Ferriol explica a Guías de Salud:

  • "En el lenguaje popular se utiliza muchas veces esa idea de bipolar para descalificar las situaciones cotidianas de una persona que está en unos momentos más altos de ánimo y otros más bajo. Así, se está banalizando un concepto teniendo en cuenta que estamos ante una entidad anímica que tiene su importancia”.

Un trastorno difícil de diagnosticar

El trastorno bipolar es un trastorno del estado de ánimo que provoca que el paciente experimente momentos extremos de euforia (episodio maníaco) y de depresión.

En concreto el doctor Fábregas explica que para poder diagnosticarlo es esencial que el paciente haya experimentado “un episodio maníaco y un episodio depresivo a lo largo de la vida".

  • "Son personas que tienen una temporada en sus vidas, donde el estado de ánimo está marcadamente mucho más subido de lo que sería habitual y otro episodio en el que el estado de ánimo está por debajo de lo esperable".

Y es precisamente esta característica la que dificulta mucho el diagnóstico, porque cuando “los pacientes que se encuentran en fase maníaca no acuden al médico, sólo lo hacen cuando están en fase depresiva por lo tanto es bastante habitual que cataloguemos a esos pacientes como depresivos porque no hemos visto la otra fase”.

¿Y por qué no van al médico cuando están en esa otra fase de estado de ánimo expansivo?

  • “Pues porque están encantados de la vida de sentirse así. Se trata de un estado de sensación de plenitud, euforia, grandeza, de comerse el mundo. Así que el paciente en lugar de ‘sufrirlo’, en realidad lo está disfrutando”, explica Fábregas. 

Tal es la dificultad del diagnóstico que como media se tardan unos 12 años en determinar que se trata de un trastorno bipolar

Síntomas de la fase maníaca

A la hora de identificar los signos de que alguien sufre un trastorno bipolar hay que distinguir entre los síntomas propios de la fase maníaca y los de la depresiva.

En la fase maníaca el paciente experimenta: 

  • Una energía desbordante. 
  • Sentimiento de ser capaz de cualquier cosa. 
  • Exaltación. 
  • Dormir pocas horas y despertarse completamente fresco y recuperado. 
  • Gran locuacidad. 
  • Hipersexualidad. 
  • Cometer indiscreciones, por ejemplo, contar cosas muy íntimas. 
  • Realizar gastos excesivos o compras compulsivas.

El doctor Fábregas nos explica que todos estos comportamientos tienen que ser excesivos, marcadamente diferentes de la normalidad.

  • "No somos bipolares porque estemos más animados. Tiene que haber una diferencia notable respecto a lo que sentimos y hacemos durante las épocas de equilibrio". 

Además, este tipo de comportamientos afecta, y mucho, a las personas que le rodean, que son las que advierten que esos comportamientos están fuera de la normalidad y provocan discusiones y serios problemas en el seno de la familia y el entorno más cercano del paciente. “El problema es que hay mucha resistencia del paciente para bajar de esa nube y reconocer que tiene un problema”.

Síntomas de la fase depresiva

En el otro lado de la balanza están los síntomas de la fase depresiva, que son muy parecidos a los de un estado depresivo común, en el que el paciente experimenta:

  • Tristeza.
  • Falta de ánimo.
  • Incapacidad de disfrutar de cosas que habitualmente nos producen placer como cocinar, leer o hacer ejercicio (anhedonia).
  • Bajada de peso y/o disminución del apetito. 
  • Dificultades de concentración.
  • Pensamientos suicidas.

En cualquiera de las dos fases, los síntomas suelen tener una duración de como mínimo de 4 o 5 días, hasta un mes en la fase maníaca. Luego vuelven a la normalidad, “pero a veces el paciente requiere hospitalización, porque esa persona necesita contención y cuidados”, advierte el especialista.

Tipos de trastorno bipolar

El trastorno bipolar puede ser clasificado en tres tipos:

  • Trastorno bipolar tipo 1,
  • Tipo 2
  • Trastorno bipolar mixto. 

“La diferencia entre el 1 y el 2 es que en este último la fase expansiva es de una intensidad menor, lo que llamamos una hipomanía. Mientras que en el del tipo 1 la fase maníaca está muy exacerbada”, explica Fábregas. 

Estas diferencias también contribuyen a dificultar el diagnóstico porque “como los síntomas maníacos en la tipo 2 son más leves, puede llevar a confundirlos con un momento de mejora, de buen estado del paciente”, advierte el especialista.

En cuanto al tercer tipo, el trastorno bipolar mixto, es poco frecuente y se caracteriza por una mezcla de los síntomas de la fase maníaca y de la depresiva al mismo tiempo. 

Es considerado como un agravamiento de cualquiera de los otros dos tipos, provocado por la falta de tratamiento del trastorno bipolar o por no seguirlo de forma correcta. 

Se puede hacer vida normal con trastorno bipolar

A pesar de las dificultades que supone el diagnóstico y los problemas que causa a las personas que rodean al paciente con trastorno bipolar, Xavier Fábregas quiere mandar un mensaje positivo, porque en la mayoría de los casos se consigue la estabilidad del paciente si se diagnostica.

  • "Lo importante es hacer entender al paciente que el trastorno bipolar es algo que va a transitar a lo largo de toda su vida. Que lo importante es minimizar en lo posible los efectos negativos que tiene en la convivencia con los demás". Y esta es precisamente la base del tratamiento de este trastorno. 

Una vez identificado y entendido el trastorno, existe medicación para no solo contener, sino también prevenir las fases maníacas y depresivas

"Manteniendo al paciente en un estado de eutimia, es decir, un rango de oscilación del estado de ánimo normal, reactivo a lo que nos sucede en nuestro día a día, evitando esos cambios de fase extremos". 

Para ello se utilizan distintos fármacos. Si el paciente se encuentre en una fase maníaca debe tratarse con antipsicóticos. Si, por el contrario, está en fase depresiva, el especialista le administrará antidepresivos. 

Estos fármacos se tomarán sólo hasta que se consiga un equilibrio en el estado de ánimo del paciente.

A partir de ahí, “es esencial iniciar un tratamiento preventivo con eutimizantes, medicamentos que evitan que se dispare tanto la fase maníaca como la depresiva”. 

Entre este tipo de medicamentos los más utilizados son el litio, el valproato o la lamotrigina. “La adherencia al tratamiento es efectiva y el paciente pude vivir épocas muy largas de remisión”, destaca el especialista. 

Eso sí, el tratamiento con fármacos como el litio requiere un control médico estricto.

La razón la explica el doctor Fábregas:

  • "El litio es bueno, bonito y barato, pero por debajo de determinados niveles deja de ser eficaz y por encima de ciertas dosis puede ser tóxico. Por eso, en el caso de personas que hacen dietas sin control médico, en épocas de mucho calor, o cuando se hace mucho ejercicio se pueden descompensar esos niveles de litio. Por eso es importante realizar un control anual mediante un análisis de sangre".