Cañizares denuncia el no respeto a la vida, que corroe la sociedad

Cañizares se ha pronunciado así en la homilía que ha pronunciado con motivo del Año Nuevo en la Catedral de Toledo, en la que ha aludido a conflictos bélicos como el de Gaza o el del Congo, al atentado de ETA ayer en Bilbao, al aborto y a la amenaza terrorista que "atenaza a los países".

A su juicio, esta falta de respeto por la vida supone una amenaza muy grave para la paz, motivo por el que el Papa ha propuesto el lema "Combatir la pobreza, construir la paz" para el año 2009.

El arzobispo ha lamentado que empiece con muchas zonas del mundo "en que la paz está rota", con "con tantos muertos y heridos por la violencia desatada" en la franja de Gaza, con "tantos niños, mujeres y ancianos asesinados en violencia sádica y bélica" en Congo y otros muchos lugares.

También ha lamentado el nuevo episodio "del azote terrorista y criminal de ETA que todo lo somete a estrategia para conseguir sus objetivos", así como los "varios crímenes de violencia asesina en hogares o en la calle" con los que se cerró 2008.

"La vida no se respeta: millones de seres inocentes no nacidos son eliminados violentamente en el seno de sus madres", ha continuado el arzobispo.

Ha criticado al respecto que se busquen "legislaciones y actuaciones que, en lugar de proteger la vida y la dignidad inviolable de todo ser humano siempre y en todo momento, permiten, sin embargo, eliminarla aunque sean con fórmulas encubiertas, conocidas, e hipócritamente admitidas".

En su opinión "este no respeto a la vida, que corroe nuestras sociedades permisivas como un terrible cáncer con metástasis, es un signo gravísimo de inhumanidad, de quiebra moral, exponente de la mayor pobreza como es el expolio y la privación violenta de la vida, y la quiebra moral, y constituye, en consecuencia, una amenaza muy grave para la paz".

También ha hecho mención a la crisis económica, en su opinión "unida a otras de más hondo calado" que en buena medida la han originado, crisis "sociales, culturales, de humanidad y del espíritu".

Se trata -ha dicho- de factores que, "sin duda, favorecen o agravan conflictos, pueden generar violencia o debilitar la paz verdadera o las fuerzas que se requieren para el establecimiento de la paz fuerte y estable en todos los lugares y para todos los hombres, en todo caso entorpecen el camino hacia la paz justa y auténtica".