El Materno atiende cada año 2.000 nuevos casos de niños con problemas cardiacos
Los especialistas del hospital coruñés, el centro de referencia para Galicia, operaron el corazón de un centenar de bebés llegados de todos los puntos de la comunidad durante 2008

El doctor Claudio Zavanella, en su despacho del Hospital Materno Infantil de A Coruña. / eduardo vicente
María De La Huerta | A Coruña
Los especialistas del Hospital Materno Infantil Teresa Herrera de A Coruña atienden cada año una media de 2.000 nuevos casos de niños con problemas cardiacos, de los cuales aproximadamente el 6% -entre 100 y 120- son bebés que precisan ser intervenidos quirúrgicamente. Si a estas primeras consultas se suman las revisiones, el resultado es que los médicos del Área Infantil del Corazón del centro hospitalario coruñés reciben una media de entre 3.500 y 4.000 visitas anualmente. Los contratiempos más comunes son las arritmias, los soplos y las enfermedades cardiacas propiamente dichas, tal y como explica el responsable de la unidad, el doctor Claudio Zavanella.
El abultado número de consultas que cada año se atienden en el Materno se debe a que es el único hospital de Galicia que cuenta con un Área Infantil del Corazón, un hecho que lo convierte en el centro de referencia para toda la comunidad.
El doctor Zavanella reconoce que sólo en algunos casos es necesario operar, puesto que muchos problemas del corazón se solucionan sin pasar por el quirófano. Aún así, algunos pequeños requieren, inevitablemente, una intervención quirúrgica. "Existen más de trescientas enfermedades o malformaciones congénitas que pueden afectar al corazón de un niño, y la mayoría de ellas se pueden operar. Por ejemplo, hay niños que nacen con las grandes arterias cambiadas (la aórtica sale del ventrículo derecho y la pulmonar del izquierdo, cuando lo normal es que sea a la inversa); otros tienen un único ventrículo en lugar de dos; en algunos la sangre pasa de una cavidad a otra del corazón; otros presentan un aspecto azulado porque sus glóbulos rojos no reciben suficiente oxígeno... Hay de todo", apunta el jefe del Área Infantil del Corazón del Materno, quien además recuerda que ninguna de esas patologías tiene una base genética. "A día de hoy, se desconoce por qué unos niños nacen con este tipo de cardiopatías congénitas y otros no. Algunos estudios sugieren que podría deberse a la interacción de los factores ambientales y los genes, pero es algo que aún no se ha podido demostrar", sostiene Zavanella.
Aunque se desconoce el origen de las cardiopatías congénitas y, por tanto, no se puede evitar que un niño nazca afectado por alguna de ellas, lo que sí se puede hacer son estudios fetales para determinar qué pequeños van a presentar este tipo de problemas. "Cada vez se realizan con más frecuencia diagnósticos fetales para saber si un bebé va a nacer con malformaciones en el corazón. Durante el pasado año, sin ir más lejos, hicimos 850 pruebas de este tipo ", indica el jefe del Área Infantil del Corazón del Materno, quien además subraya la importancia de los estudios fetales a la hora de decidir sobre la conveniencia, o no, de seguir adelante con un embarazo. "Con los resultados de la prueba en la mano, las madres tienen la última palabra. Aunque yo siempre les pido que mediten mucho su decisión, porque con las técnicas quirúrgicas y los fármacos actuales, un niño afectado por una cardiopatía congénita puede llevar una vida prácticamente normal", destaca.
Precisamente, una de las intervenciones que realiza el equipo del doctor Zavanella y que facilita, en gran medida, la recuperación de los pequeños con cardiopatías congénitas es la denominada operación de Ross, una cirugía "complicada" que sólo se practica en España en los hospitales de A Coruña, Valencia y Córdoba, y que se recomienda para tratar malformaciones "muy especiales" que requieren un cambio de la válvula aórtica. Ésta se retira y en su lugar se coloca la válvula pulmonar, que es sustituida por un injerto de cadáver. La ventaja de esta válvula con respecto a una mecánica -la otra opción que existe- es que ésta última no crece, por lo que a lo largo de los años es necesario cambiarla, mientras que la válvula pulmonar crece al mismo ritmo que el paciente.
A la puesta en práctica de técnicas tan pioneras como la intervención de Ross se unen otros proyectos, como el de continuar impulsando la Unidad de cardiopatías congénitas en el adulto porque, tal y como recuerda Zavanella, "cada vez tenemos más niños que llegan a mayores y debemos prestarles asistencia". Por ello, este plan está encaminado no sólo a acelerar las consultas, sino también a evitar que los pequeños que son de fuera del área sanitaria tengan que desplazarse hasta A Coruña para ser vistos por la unidad especializada de cardiólogos infantiles. De lo que se trata es, por tanto, de utilizar la telemedicina para, en colaboración con los pediatras y los cardiólogos de los demás hospitales de Galicia, realizar a los pequeños las pruebas de imagen necesarias en sus ciudades de origen y, a través de la red informática, que éstas puedan ser evaluadas en el Materno por los expertos del área infantil ante la sospecha de patologías severas.
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