Enganchados a la 'visa'

Los psicólogos alertan de que las rebajas y la crisis podrían aumentar los casos de compradores compulsivos, que en Galicia ya representan al 15% de la población

María De La Huerta | A Coruña

Tras el breve respiro de la jornada de Reyes, los centros comerciales de toda Galicia volverán a llenarse mañana de clientes dispuestos a terminar de agujerear sus maltrechos bolsillos en plena cuesta de enero. Como cada 7 de enero, arrancan las rebajas, un periodo consumista que este año, debido a la crisis, podría aumentar los casos de compradores compulsivos. "La crisis está bien para que la gente controle lo que gasta, pero cuando hablamos de patologías no facilitará que la gente salga de donde está porque es una situación de ansiedad y emocionalidad negativa y eso es el caldo de cultivo de la compra compulsiva", subraya José Manuel Otero, profesor de Psicología de la Universidade de Santiago y coordinador del primer estudio realizado en Galicia sobre la adicción a las compras.

La compra compulsiva es un trastorno de control de los impulsos asociado, en la mayoría de los casos, a personas con problemas de baja autoestima, ansiedad, depresión o irritabilidad. "Cuando pasan por delante de un escaparate sienten la necesidad irrefrenable de comprar un montón de cosas que ni siquiera les hacen falta", explica el profesor Otero, e inmediatamente pone un ejemplo: "El alcohólico, cuando se emborracha, siente un subidón tremendo, pero una vez que se le pasan los efectos del alcohol, se vuelve a encontrar igual de mal o peor que antes de beber".

En la misma línea, Manuel Castro Bouzas, miembro de la sección de psicología clínica del Colexio Oficial de Psicólogos de Galicia (COP-Galicia), recuerda que los adictos a las compras sufren alteraciones de su estado de ánimo "con relativa frecuencia". "Compran sin parar porque eso les produce una satisfacción inmediata pero, cuando superan ese estado de euforia, se sienten sumamente culpables", destaca Castro Bouzas, y añade: "A veces adquieren objetos o prendas de ropa que nunca llegan a utilizar".

Otro denominador común de los compradores compulsivos es que sus gastos suelen estar muy por encima de sus posibilidades económicas. "El comprador compulsivo tira de la tarjeta de crédito sin pararse a pensar si sus ingresos le van a permitir hacer frente a semejante cantidad de gastos", indica Manuel Castro Bouzas, quien además recuerda que los afectados por este trastorno son capaces de "endeudarse hasta las cejas" para satisfacer sus impulsos consumistas.

Llegados a ese punto, es cuando las familias y los amigos entran en escena. "A los compradores compulsivos les cuesta mucho reconocer que tienen un problema. Por eso es tan importante que sus seres queridos estén siempre pendientes de sus movimientos para, ante los primeros síntomas de alarma, pedir ayuda a un especialista", señala el psicólogo clínico de COP-Galicia.

Según revela el estudio realizado por los expertos de la Universidade de Santiago, la compra compulsiva podría afectar ya al 15% de la población gallega. Además, las mujeres son más propensas a padecer este trastorno, debido a que son las que se encargan, en mayor medida, de realizar las compras de la casa.

El informe de la universidad compostelana advierte, también, de que la adicción a las compras se desarrolla cada vez a edades más tempranas, un argumento que respalda Manuel Castro Bouzas. "Muchos padres asocian la felicidad de sus hijos a darles todo lo que les piden; cuantas más cosas tengan los chavales, mejor que mejor. Con la aparición de este tipo de trastornos, estamos pagando los efectos de vivir en una sociedad consumista", concluye.

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