Moscas de alfombra roja
El montador gallego Andrés Touceda recibe una propuesta del cine americano para construir diez mil escarabajos

El montador Andrés Touceda elabora un saltamontes en el estudio de su casa, en Vigo. / rafa estévez
Sandra Penelas | Vigo
"Me acuesto pensando en cómo hacer un par de alas y me levanto cavilando en lo mismo". Esta obsesión por el trabajo es capaz de convertir una amalgama de goma e hilo en mantis y arañas que parecen a punto de lanzarse sobre el impertinente ojo que las observa. Como si se tratase de un entomólogo, Andrés Touceda, ex profesor de inglés y pescador aficionado, estudia a fondo cada insecto para reproducirlo con un acabado tan realista que algunos elementos sólo son apreciables a través de una lente de aumento.
Hace sólo unas semanas que voló desde Vigo a New York para participar en la feria especializada de Somerset y sus habilidades llamaron la atención de un director de cine, que le ha ofrecido crear diez mil escarabajos para una película. La visita también le dio la oportunidad de conocer al número uno Bill Logan, que trabaja para el Museo de Historia Natural de la Gran Manzana, y de cerrar acuerdos para trabajar con dos tiendas de pesca de EEUU, donde se encuentra el mayor mercado de compradores -"Hay cinco millones de pescadores a mosca federados"- y también "el más abierto a las novedades". "En la costa de New Jersey está prohibida la pesca comercial a menos de tres millas de la costa. Dejé de contar lubinas cuando iba por la número veinte y en Galicia no pesco eso ni en un año", lamenta un Touceda crítico con el estado de las rías.

Moscas de alfombra roja
En New York también contactó con otro de los mejores montadores del mundo, Paul Whillock, que le ha propuesto participar en el tercer volumen de su obra Las moscas como arte.
Cifras elevadas

Moscas de alfombra roja
"Logan es un genio, el mejor del mundo, y cuando vi en una revista una de sus obras me dije que yo también tenía que hacer algo así. Whillock vende piezas de hasta tres mil euros y tienes que esperar un año", comenta este gallego.
Hasta ahora la mosca más cara elaborada por Touceda es la mantis Deroplatys lobata, una especie que se mimetiza con las hojas, y que alcanza los dos mil euros. También realiza moscas más baratas, de entre cien o cincuenta euros, y algunas de sus obras están expuestas en la lonja de Fisterra. "Hicieron un diorama que representa un trozo de la costa gallega y yo hice una nécora, tres quisquillas y un pez. Es un orgullo tenerlas allí", reconoce.

Moscas de alfombra roja
Trabaja para tiendas de pesca de España, EEUU y México y expone sus creaciones en la página www.andrestouceda.com, a través de la que comercializa y recibe encargos de productos. Pero hay algunos de los que jamás se desprenderá, entre ellos el pulpo que hizo para una de sus hijas.
El secreto de las alas
Con el nombre de mosca se designa al insecto elegido para que el pez muerda el cebo. La pieza debe hacerse sobre un anzuelo y todos sus elementos se unen con hilo. El afán realista de los montadores ha convertido esta técnica en todo un arte cuyas obras se exponen en estanterías privadas y en museos de todo el mundo.
Desde su primer contacto con una página web canadiense en 2006, Touceda comenzó a documentarse e investigar sobre nuevos métodos y materiales. Asegura que la dificultad no reside en el tamaño y que la mayor complicación es "imitar la finura, brillos y transparencias" de las alas. Él acaba de descubrir un elemento "secreto", aunque está al alcance de la mano, que le dará "bastantes alegrías".
Touceda, de 48 años, destaca la "enorme creatividad" del montaje y comparte algunos de sus trucos con los lectores de Danica, una revista de pesca española con la que colabora. El objetivo es alcanzar el máximo naturalismo y ha utilizado puntas de cactus para las patas de los insectos, alfileres para los ojos y hasta pelos de su barba para recrear los de una araña.
La pasión que pone en cada trabajo es tal que entre pieza y pieza debe descansar porque se queda "totalmente vacío" y asegura que no tiene "vida suficiente" para realizar todas las moscas que le gustaría. En la actualidad, está volcado en las mantis: "Son realmente espectaculares".
Le "encantaría" exponer en un museo, aun cobrando menos. "Sería maravilloso. Ya se lo he propuesto al Aquarium Finisterrae de A Coruña y a otro recinto de León", comenta. El cine fantástico, con el que podría formalizar su primer contrato, es otra de las salidas. La serie Criando Malvas utiliza este tipo de creaciones.
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