Joyería gallega con brillo global

Durante esta semana y hasta mañana domingo, Madrid se ha convertido en la capital de la joyería y bisutería con la celebración de las ferias Iberjoya y Bisutex, dos escaparates internacionales para lo más in del sector. Entre las más de 615 firmas procedentes de todo el mundo, varias empresas y diseñadores gallegos que en los últimos años han cruzado fronteras para que sus joyas y bisutería brillen con luz propia en diferentes países como Estados Unidos, México, Francia, Bélgica, Emiratos Árabes o Japón.

Algunos artesanos y diseñadores gallegos incluso han asentado su proceso de fabricación fuera del país siguiendo el hilo del destino. Un ejemplo es el de Olga Prieto (A Coruña, 1977). Licenciada en Farmacia por la Universidade de Santiago, tras finalizar la carrera dio el salto a Caracas y, después, a México. "Fue allí -explica- donde empecé a diseñar y a hacer mis primeras piezas al tiempo que hacía un Diplomado en la Universidad y daba clases de Física en un colegio".

Aquellos primeros diseños "encantaron", ante lo que Prieto optó por dedicarse "por completo a esta gran pasión que es la joyería". Sus piezas, hechas a mano en un pequeño taller de Distrito Federal, son únicas, con la "huella impresa de cada artesano a golpe de martillo", detalla la diseñadora coruñesa, que vende en Italia, Estados Unidos, México y España.

Piezas de 300.000 euros

Otra firma también internacional y de gama media-alta (con producción desde Galicia) es UJ de Bergondo que ha vendido sus joyas en países como Emiratos Árabes, Francia, Portugal y Lituania, mientras ultima un proyecto para iniciar la comercialización en el estado nipón.

La clave de su éxito -señala Fernando García, consejero delegado- reside en "ofrecer un producto artesanal, piezas únicas en su mayoría realizadas por una mano de obra muy cualificada y con calidad altísima en rubíes, zafiros y diamantes". El resultado son piezas de "categoría y valor elevado" en una producción extensa que ofrece joyas desde los 500 euros en líneas comerciales llegando a los 300.000 de las piezas exclusivas.

La compañía afronta su etapa internacional tras más de 44 años de trayectoria, haciendo frente a una crisis económica mundial de la "que -como señala García- no escapa nadie".

El fieltro alternativo

Para lograr un mercado en el extranjero, no es necesario siempre aferrarse a las gamas medias-altas y las piedras preciosas. La firma compostelana Paca Peca ha sacado provecho de su bisutería alternativa y a buen precio. Sus líneas se venden a unos quinientos clientes de todo el Estado español y a un centenar del resto de Europa donde triunfan sus coloridas gargantillas de algodón y fieltro (de entre 80 y 85 euros) o sus anillos de 23 euros.

"Nuestro mercado principal no se encuentra en la comunidad gallega, sino fuera. Vendemos más en Barcelona, Madrid o París que aquí. En Galicia, siempre ha habido tradición de plateros y joyeros. Ahora mismo, ya somos unos cuantos los que hacemos bisutería", explica Juan Riveira, gerente de Paca Peca.

Las exportaciones de la firma -principalmente a Francia, Bélgica y Gran Bretaña- representan el 30% de la facturación de una compañía que ha apostado "desde un principio por los colores por moverse fuera de la tendencia, por utilizar mucho el tejido, el fieltro, la resina y el algodón" con un toque divertido.

En general, las empresas gallegas aseguran que el proceso de internacionalización se profundiza con la participación en ferias internacionales como Iberjoya o Bisutex, así como otras similares en Fráncfort o París, donde "dan a conocer su trabajo" y entran "en contacto directo con los clientes", indican.

Para ayudar a esta exteriorización, la Fundación Centro Galego da Artesanía e do deseño, de la Consellería de Innovación subvenciona la participación de las firmas en dichas citas bajo un stand común que esta semana ha cobijado a ocho compañías.