¡Límpiate la nariz!

La tecnología actual ha permitido concentrarla en pequeños envases de cómodo uso aplicables a todas las edades, aunque su utilización es más frecuente en los niños pequeños.

La nariz actúa como filtro inicial del ingente volumen de aire que inspiramos a diario. Las impurezas contenidas en este aire (polvo, alérgenos, humo, virus, partículas, etc.) pueden causar irritaciones y complicaciones hasta provocar catarros, sinusitis, gripe, alergias, etc. Estas patologías -normalmente banales- cursan con aumento de la mucosidad, congestión, malestar, obstrucción, etc. que pueden minimizarse y/o evitarse si realizamos un buen lavado nasal.

De todas las posibilidades sanitarias para la limpieza de las fosas nasales, el rhinomer es el de mayor aplicación: un envase en forma de botella con una válvula antirretorno que mantiene libre de gérmenes el contenido (agua de mar isotónica y esterilizada) sin necesidad de introducir conservantes. Como no contiene gas, el agua de mar sale de manera suave, pulverizada y a temperatura ambiente. Además, el aplicador se puede utilizar en cualquier posición y se adapta a la forma del orificio nasal, lo que simplifica la aplicación del producto en el interior de la nariz.

Es isotónica porque se somete a un proceso químico para reducir su contenido en sal y hacerlo compatible con la mucosa nasal conservando los minerales y oligoelementos que el agua de mar contiene y son fundamentales para el buen funcionamiento del órgano.

Está indicado para la humidificación de las fosas nasales si se permanece en ambientes secos (fábricas, aviones, etc.), limpieza diaria preventiva de las fosas (debería ser tan habitual como lavarse los dientes) o descongestión en caso de patologías de vías aéreas superiores (resfriado, sinusitis, etc.)

La posología es sencilla. Puede usarse a discreción, pues el producto es completamente natural y no provoca efectos secundarios si se usa de manera adecuada. Lo habitual es dosificarlo cuatro veces al día en cada orificio, cuando se nota congestión en caso de estar pasando un resfriado o sequedad al salir de un ambiente cargado. De manera preventiva se hará una aplicación por la mañana y otra antes de acostarse para limpiar las fosas nasales a diario.

No presenta contraindicaciones severas si se utiliza adecuadamente, salvo existencia de heridas en la zona o tras una operación de nariz, momento en que se debe consultar al médico. Puede usarse en embarazo y lactancia, pues no pasa a la sangre materna, resultando inocuo para el bebé.

Se aplica girando la cabeza e introduciendo el aplicador en la fosa que queda en la zona superior; repitiendo en cada fosa nasal hasta dos veces. Se deja actuar unos minutos y se suena para expulsar los mocos. El aplicador debe lavarse con agua corriente y secarse para que quede listo para un nuevo uso. Si se obstruye, se desmonta y se lava bajo el agua.

Se vende sin receta médica, en farmacias y parafarmacias. Debe conservarse a temperatura ambiente, en zona seca y lejos del alcance de los niños. No usar si ha caducado o se observan roturas en el envase.

El laboratorio ha preparado tres presentaciones con diferente "fuerza" que se adaptan a situaciones distintas: bebés, medio y fuerte. De todas maneras, el de bebés también puede ser usado por los adultos porque el agua sale con menor presión y resulta más agradable. Por supuesto existen otras opciones farmacológicas con el mismo principio activo que recomiendo probar para optar por el que mejor se adapte a nuestras necesidades, siendo el rhinomer, mi mejor opción.