salud
Desarrollan un aparato que reduce el número de operaciones en pacientes con Parkinson
EFE
Gracias a este avance tecnológico, en el que también han intervenido especialistas del Hospital Clínico de Barcelona,los enfermos no serán operados hasta pasados nueve años, y además este dispositivo ofrece una tolerancia mayor gracias a su reducido tamaño -un 50 por ciento menor con respecto a anteriores modelos-, por lo que el riesgo de formación de úlceras disminuye de forma considerable.
Los pacientes tendrán un control más preciso de su función motora ya que, tan sólo pulsando un botón -dentro de los parámetros fijados por el médico- podrán ajustar la terapia según sus necesidades, ha informado hoy el Hospital Clínico de Barcelona en nota de prensa.
Otra de las ventajas es la reducción del coste sanitario, pues disminuyen las intervenciones y el número de neuroestimuladores.
Así, por ejemplo, los pacientes con Parkinson pueden ver reducida la medicación requerida para controlar su enfermedad con este tipo de terapia, denominada estimulación cerebral profunda.
Hasta el momento se ha intervenido a dos pacientes con distonía, una enfermedad neurodegenerativa que provoca contracciones sostenidas de músculos en una o más partes del cuerpo, y que causa torsiones de las partes afectadas.
Especialistas en neurocirugía y neurología del Hospital Clínico de Barcelona y del Clínico de Valencia han sido los primeros en implantar este nuevo dispositivo a estos dos pacientes.
Más de doce millones de personas en Europa sufren trastornos neurodegenerativos que pueden causar incapacidad y daños a nivel del sistema motor.
La estimulación cerebral profunda trabaja mediante la estimulación eléctrica de estructuras diana en el cerebro, el Núcleo Subtalámico o el Globo Pálido interno, que controlan el movimiento y las funciones musculares.
Un electrodo con cuatro polos minúsculos se implanta quirúrgicamente en el cerebro y es conectado mediante una extensión que va por debajo de la piel a un neuroestimulador implantado en la zona abdominal.
El estímulo eléctrico se puede ajustar de manera no invasiva, de forma telemétrica hasta alcanzar las necesidades individuales de cada paciente.
Poco después de la cirugía el paciente vuelve a ver a su médico para empezar con la programación inicial del neuroestimulador; de esta forma, se optimizará el control de los síntomas de la enfermedad para minimizar los efectos secundarios.
Para ajustar el estímulo, se utiliza un programador que comunica con el dispositivo vía radiofrecuencia, una forma no invasiva e indolora, que tiene por objetivo cubrir las necesidades de cada paciente en el control de sus síntomas.
Los equipos médicos de ambos hospitales están formados por los doctores José Miguel Lainez y Pedro Roldán, del Clínico de Valencia, y Jordi Rumià y Francesc Valldeoriola, del Clínico de Barcelona.
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