Generación Izaskun

"Antes había estado en un supermercado pequeño y eso le sirvió de experiencia; pero un hipermercado supone un extra de esfuerzo, más volumen de mercancía, más compañeros, más distracciones... Cuando empezó, en octubre, iba a trabajar aquí sólo dos meses. Hizo la campaña de Navidad, firmó un contrato por un año y la semana pasada firmó otra renovación por un año más. Su integración ha sido bastante buena por su parte y por la de sus compañeros", explica Pablo Arce, preparador laboral de Jorge Rodríguez, encargado de ayudarle en la adaptación y autonomía en los traslados al puesto de trabajo y en el desempeño del mismo.

La ayuda parte de la asociación Down Vigo, la misma que le consiguió el empleo. La organización cuenta con 137 socios, de los que 27 se encuentran trabajando (once con contrato indefinido) y 14, en formación.

"Ha habido muchos avances en la integración laboral de las personas con síndrome de Down por el trabajo de los equipos de empleo de la asociación. Pero podría haber muchas más oportunidades. Vigo tiene muchas empresas. En cuanto a la Administración pública, se habla mucho pero a la hora de contratar está a años luz del sector privado. Diferencio al Concello de Vigo donde desde el año 2005 hasta ahora tenemos chicos haciendo prácticas. Actualmente, tenemos a una en Urbanismo. Falta el salto a la contratación", explica Miguel Estévez, responsable de Empleo de Down Vigo.

Fernando Molina, presidente de la entidad, culpa de esto último a la legislación actual. "La ley impide diferenciar los exámenes para las personas con discapacidad (a la hora de obtener una plaza fija). Se debería diferenciar entre discapacitados sensoriales, físicos e intelectuales", defiende.

Los jóvenes con síndrome de Down confiesan que les resulta "difícil" encontrar un empleo que precisan para "ayudar a sus padres y tener más autonomía", como explica el ponteareano de 25 años Jorge Rodríguez; o para "sentirse útil" a la sociedad, como detalla el coruñés Jaime Vázquez, de 35.

Este último reconoce que "en mi caso, fue más fácil encontrar trabajo" debido "a la ayuda de la asociación", Down Coruña. Su primer empleo lo desempeñó en Carrefour, reponiendo productos en la sección de carne. Cuando cumplió los dos años, no le renovaron el contrato. El segundo intento en el mercado laboral tuvo lugar en Repsol. A los seis meses, nuevamente en el paro. Pero, finalmente, empezó a trabajar en una gasolinera, donde lleva ya un año y cuenta con contrato indefinido. Como tercera vía para la integración laboral, ha surgido "el boca a boca". "En Ferrol, funciona mucho. Primero, empezaron dos de nuestros socios a trabajar en el Alcampo -explica Mercedes Alonso, coordinadora de Teima- y a partir de ahí, las empresas se pusieron en contacto con nosotros".

El proceso posterior es simple: firma de convenio, presentación ante Inspección de Trabajo, asistencia del nuevo trabajador al puesto con su preparador laboral y evaluación.

El empleo no es lo único que anhelan las chicas y chicos gallegos con síndrome de Down. También necesitan otro tipo de visibilidad social. Jaime Vázquez considera que deberían estar más presentes en los medios de comunicación.

Por eso, se muestra satisfecho de la participación de Izaskun en Tengo una pregunta para usted, donde la joven le preguntó al presidente del Gobierno acerca del empleo para las personas con su discapacidad. "Nosotros -señala Vázquez- deberíamos aparecer más en la televisión porque también somos parte de España, también tenemos nuestra opinión y si sirve para ayudar al presidente para un gobierno mejor, por supuesto hay que participar".

Soñando con el mañana se encuentran Elías Ledo (20 años), Carmen Canicoba (que prefiere no facilitar su edad; es "personal", defiende) y Pamela Casagrande (24 años). Los tres forman parte de Down Compostela y se encuentran aún formándose o con sus primeras prácticas.

Ledo acaba de terminar sus estudios de comercio y tras ser becario ahora piensa dedicarse a la jardinería. Canicoba realizó prácticas en una lavandería del Hostal Reyes Católicos y en un supermercado. Ahora, sueña con cuidar niños o ser presentadora de televisión. Su amiga, Casagrande, se pelea con las mates y las ciencias anhelando ser actriz "de cosas románticas, de telenovelas". ¿Por qué no?