La aplicación de la biotecnología en los cultivos de la provincia se erige como una solución exitosa, aunque lenta, para luchar contra la crisis de un sector cuya rentabilidad ha caído en España en torno a un cinco por ciento en 2008, según datos del Ministerio de Medioambiente y Medio Rural y Marino.

En Elche, la Estación Phoenix es pionera en la clonación de las palmeras más aptas mediante la técnica in vitro. Los primeros ejemplares seleccionados se plantaron en 2002 y ya están en plena producción este año.

Sin embargo, Michel Ferry, director científico del centro, ha asegurado a EFE que su máximo se alcanzará en 2012 o 2013. Para entonces, la producción "será de alrededor de 100.000 kilogramos y seguirá aumentando cada año para llegar a 2.000 toneladas dentro de diez a doce años".

Ferry ha anunciado que "esta perspectiva de producción es ya muy importante", razón por la cual ha aconsejado, desde el año pasado, a las cultivadores de palmeras que no planten más ejemplares in vitro.

Según el director, "hay que evitar llegar a una sobreproducción que haría bajar rápidamente los precios". Su apuesta es clara, el objetivo es "producir un dátil de muy alta calidad para un mercado tipo 'delicatessen' o de fin de año, cuando la demanda es fuerte y los precios elevados".

La investigación genómica es capital también en la Estación Experimental Agraria (IVIA), ubicada igualmente en la capital del Baix Vinalopó. La alteración del color de las granadas de la variedad autóctona -la mollar- es uno de sus últimos proyectos. El motivo, cubrir las demandas de los consumidores, sobre todo en el exterior.

El coordinador de cultivos frutales del centro -que depende de la Conselleria de Agricultura-, Julián Bartual, ha explicado a EFE que el proceso se lleva a cabo mediante una selección clonal, lo que implica que, igual que ocurre con las palmeras ilicitanas, se escogen los mejores ejemplares y se hacen copias a partir de ellos.

Pero en el ámbito de la granada también se trabaja en la polinización dirigida en busca de óptimas especies, el estudio de las necesidades nutricionales del fruto y las relativas a su riego.

Todos los especialistas consultados insisten en diferenciar estas técnicas de la transgénesis.

Según ha indicado el técnico de la estación, en ninguno de los casos se está llevando a cabo una modificación genética, sino una clonación directa o una combinación natural con otras especies, tal y como se ha hecho de forma tradicional con los vegetales.

En lo que respecta a la higuera, un cultivo especialmente interesante por el precio de venta que adquiere el fruto, además de la clonación, el centro agrícola trabaja en la disminución de residuos en los tratamientos fitosanitarios. En concreto, se realizan sueltas de insectos parasitoides que sustituyen el uso de elementos químicos, ha señalado Bartual.

La misma técnica se aplica en el caso del níspero, cultivo especialmente desarrollado en el norte de la provincia.

En términos de superficie, el IVIA trabaja con una parcela de 1.500 metros cuadrados aproximadamente en lo que respecta al cultivo hortícola. La cifra asciende a 3.000 metros cuadrados en el caso de los cítricos y a alrededor de unos 6.000 en la investigación con la granada.

El coordinador frutícola de la estación ha reseñado que los agricultores son especialmente receptivos a estas nuevas investigaciones que dan ahora sus primeros frutos, ya que para ellos se traducen en términos de rentabilidad, lo que proyecta un futuro muy interesante para el ámbito de la biotecnología.

De la misma opinión es Juan José Ruiz, profesor de Genómica en la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche. No obstante, este experto ha matizado que, para los labradores de la provincia, lo más importante sigue siendo la falta de agua, así como los problemas relacionados con la situación de los mercados agrarios y la falta de garantías sobre sus productos.

Ruiz, junto a Santiago García y otros compañeros del departamento, trabaja en el desarrollo de un tomate de calidad -similar a las variedades de Muchamiel y tipo "de la pera"-, tal y como demanda el mercado, pero capaz de resistir a las virosis más importantes.

Desde Ecologistas en Acción, su portavoz en Alicante, Carlos Arribas, ha declarado a EFE que, "mientras no se realice una modificación genética", la asociación no se muestra en contra de una técnica que "respete y mejore las variedades tradicionales".

Por su parte, el secretario técnico de la Asociación de Jóvenes Agricultores de la provincia de Alicante (ASAJA), Ramón Espinosa, considera que las innovaciones en ese campo "son esenciales", pues permiten "optimizar recursos, como es el caso del agua, y obtener nuevas y mejores variedades". Un camino que se abre en un periodo de especial dificultad.