Seguro que alguna vez has oído esta palabra procedente del griego y que significa literalmente inflamación de la vejiga. Se refiere a una infección urinaria que afecta a un elevado porcentaje de la población, sobre todo a las mujeres, y aunque se presenta en cualquier momento de la vida, el rango de edad más frecuente oscila entre los 20 y los 40 años.

Es una infección de las vías urinarias provocada por las bacterias que colonizan la zona genital y gastrointestinal. El organismo suele ser capaz de mantenerlas a raya pero, en ocasiones, no lo consigue y las bacterias atacan la vejiga e incluso los riñones provocando la infección; la vejiga se inflama, se altera su morfología y no puede almacenar la orina. De hecho, que sea más frecuente en mujeres se debe a que su uretra es más corta y los gérmenes penetran con mayor facilidad y llegan mejor a la vejiga.

Normalmente, la causante es Escherichia coli, aunque también se han encontrado bacterias del género Proteus y Klebsiela, pudiendo acompañarse de otras que pueden hacerse resistentes a los antibióticos.

Los síntomas descritos por los pacientes incluyen ardor y picor en la zona, necesidad continua de hacer pis y la sensación de que no consiguen vaciar completamente la vejiga. Además, pueden presentarse fiebre, escalofríos, cansancio, temblores, irritabilidad, dolor de espalda, dolor en la parte baja del abdomen, sangre y turbidez en la orina, dolor y mucosidad en el pene, etc.

El diagnóstico se basa en la sintomatología descrita por el paciente, la exploración médica y el análisis de la orina con tiras reactivas para descubrir la presencia de leucocitos y nitritos (cuyo resultado positivo implica que la probabilidad de infección es alta). Existen pruebas adicionales que se realizan en casos concretos.

Si se presentan fiebre y dolor de espalda debe descartarse la afectación del riñón. Es recomendable realizar un urocultivo y un antibiograma para reconocer al patógeno y aplicar el antibiótico más eficaz. Esta prueba se hace, normalmente, cuando existen dudas en el diagnóstico, a los hombres y, al menos una vez durante el embarazo.

Puede ser repetitiva y transformarse en crónica por varios motivos: factores hereditarios, anatomía pélvica o la existencia de gérmenes resistentes al tratamiento. Además, durante la menopausia la bajada hormonal produce sequedad en la zona genital y la variación del pH vaginal, lo que favorece la aparición de esta patología.

El tratamiento se orienta a eliminar la infección y reducir las molestias. Lo normal es administrar un analgésico (para reducir el dolor) y un antibiótico durante 3 días, aunque hay casos en que es preciso tomarlo durante 7 días.

Los especialistas intentan reducir el tiempo y las dosis de antibiótico, recomendando su uso responsable. En pacientes crónicos, los tratamientos son más largos y deben estar bien controlados para descubrir el motivo de esas repeticiones. Se les administran antibióticos en plazos más largos y antisépticos urinarios.

Se debe destacar el riesgo en embarazadas porque desencadena problemas en el desarrollo del feto y parto prematuro. Si el resultado diagnóstico es positivo se recomienda antibioterapia en el primer trimestre.

La prevención es importante, sobre todo en quienes ya la hayan padecido. Se recomienda: beber agua incluso en los momentos en que se está tratando, realizar una higiene adecuada pero no excesiva, usar ropa floja de algodón, no retener la orina durante demasiado tiempo, aumentar el consumo de vitamina C y arándanos que acidifican la orina, evitar el diafragma como método anticonceptivo, no usar geles lubricantes que destruyan la flora buena, orinar tras el coito para eliminar bacterias, etc.

Acude al médico si notas algún síntoma y él decidirá el tratamiento adecuado. Además, y a pesar de la publicidad, recuerda que el arándano es preventivo, no curativo; el único que puede tratarte es el especialista. Las investigaciones se orientan para evitar las repeticiones, mejorar los factores desencadenantes y conseguir una vacuna que permita evitarla.

Carmen Reija López es licenciada en Farmacia y diplomada en Óptica