"Luego de más de dos años de un costoso juicio, Cacho aseguró que esta sentencia le absuelve de un injusto pago millonario por haber desvelado una red de pornografía infantil y trata de menores en un trabajo periodístico honesto y profesional", señaló en un comunicado la casa editorial de la periodista.

Explicó que la jueza acreditó que la información vertida en el libro "Los demonios del Edén", así como las fotografías que aparecen en el mismo eran del conocimiento e interés público. Además de que se empleó un seudónimo y se cubrieron los ojos de las personas que aparecen en las fotografías.

La sentencia "avala el ejercicio de la libertad de prensa y de expresión y fortalece las garantías consagradas en nuestra Constitución", dijo el defensor de la periodista Héctor Beristain, citado por Random House Mondadori.

"La periodista Lydia Cacho difundió información de interés público que ha servido para atacar a una importante red de prostitución y abuso de menores salvando a cientos de víctimas potenciales", agregó Beristain.

Esta demanda civil contra Cacho fue interpuesta en febrero de 2007 por la joven Edith Encalada, quien argumentó que el libros "Los demonios del Edén" le había causado daños y perjuicios, a pesar de que su historia, como la de las demás víctimas, apareció con un seudónimo en dicho libro.

La periodista fue detenida en diciembre de 2005 en Cancún y trasladada a Puebla, a más de 1.000 kilómetros, acusada de difamación por el empresario textil Kamel Nacif, socio y protector de Jean Succar Kuri, actualmente preso en México por los delitos de pornografía infantil y violación de menores.

Durante el trayecto a Puebla, Cacho fue torturada psicológicamente y amenazada de muerte.

Cacho fue liberada después y meses más tarde se divulgaron conversaciones telefónicas de Nacif con el gobernador del estado mexicano de Puebla, Mario Marín, en las que acordaban dar un escarmiento a la periodista.