"Haibao", que significa "tesoro del océano" en mandarín, ya forma parte de la vida diaria de los habitantes de la capital financiera de China, que no dudan en retratarse una y otra vez con la mascota y llevarse a casa sus peluches.

Las autoridades de Shanghái quieren que toda la ciudad se vuelque en el evento, llamado a ser el mayor de su categoría, con récord de participación, ya conseguido con 241 países y organizaciones confirmados, y de visitantes, 70 millones, según las previsiones de los organizadores.

Y qué mejor símbolo de la Expo que su mascota, "Haibao", observando con sus enormes ojos a los curiosos que se le acercan a las puertas de cada edificio oficial o centro comercial y, por supuesto, presente en todos los puntos turísticos de la ciudad.

La forma de la mascota recuerda a la grafía china para la palabra "persona" y su color azul simboliza el agua, el mar, el planeta Tierra, la vida, los sueños, el futuro y la tecnología, según la empresa publicitaria que lo diseñó, Jiumuchuansheng, elegida entre 26.655 propuestas de 21 países y regiones.

"Me gusta mucho porque es encantador y amable", asegura a Efe Ai Jie, una joven que se fotografía con dos amigas ante una de las figuras gigantes de "Haibao", y añade que la mascota "simboliza el desarrollo de Shanghái".

"Espero que la Expo de Shanghái sea un gran encuentro de todos los países y que sea tan bonita como 'Haibao'", señala la joven.

Carteles, cómics y dibujos animados también muestran a los habitantes de Shanghái su mascota, que hace unos meses comenzó una gira virtual por el mundo en un concurso fotográfico cuyo único requisito para participar es que "Haibao" aparezca retratado en algún lugar del planeta.

La mascota no sirve sólo para promocionar la Expo de Shanghái, también es una fuente de ingresos para un evento que espera recaudar unos 145.000 millones de yuanes (14.899 millones de euros, 21.213 millones de dólares).

A pesar de que aún queda mucho para su inicio, el 1 de mayo del 2010, las tiendas oficiales de la Expo ya están llenas de clientes, y en ellas se pueden encontrar "Haibaos" de peluche tocando la guitarra, jugando al tenis, o incluso ataviados como el mismísimo Papa Noel.

"Es ideal como regalo para los amigos y también es un buen juguete", opina una dependienta de una de las tiendas oficiales más grandes de la ciudad, con el "Haibao" más popular en las manos, un muñeco de unos 30 centímetros sin ninguna vestimenta especial, que cuesta 95 yuanes (10 euros, 14 dólares).

"Es fácil de llevar y tiene una caja bonita para guardarlo", añade la vendedora para explicar su éxito en la tienda, dedicada hasta hace poco a los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 y situada en la calle Nankín, la avenida comercial más larga del mundo.

Sin embargo, la mayoría de los shanghaineses opta por las imitaciones casi perfectas de "Haibao" que se venden por todas partes.

Los precios de estas falsificaciones oscilan entre los 8 y los 30 yuanes (entre 80 céntimos y 3 euros, entre 1,17 y 4 dólares) según el tamaño y regateo, aunque es de esperar que se revaloricen a medida que se aproxime el evento.

Por las calles más concurridas de la ciudad se pueden conseguir "Haibaos" para colgar en el móvil, para pegar en las ventanillas del coche o peluches de todos los tamaños, y no es raro ver a los viandantes con uno de ellos bajo el brazo.

Los responsables de la Expo de Shanghái aseguran haber requisado ya al menos 200 peluches falsos, y policía y vigilantes recorren de forma continua la turística calle Nankín, donde los vendedores ilegales desaparecen a su paso y vuelven a florecer cuando ya no hay peligro.

También ellos quieren sacar partido a la invasión de "Haibaos" que se ha apoderado de la capital financiera del gigante asiático.